Después de la función, fuimos a comer locro y empanadas -se ve que el espíritu patriótico del bicentenario no nos abandona- a una fonda de la calle Las Heras. (Por cierto, durante los festejos del Bicentenario, me emocionó pasar por debajo de un arco, cerca del Obelisco, con imágenes de Marcos López). Cuál no sería mi sorpresa, en una excursión al baño, al encontrarme nada menos que a... ¡Ceferino Namuncurá! No era una foto o una estampita sino... Ceferino en carne y hueso. Bueno. En realidad, por supuesto, no se trataba del verdadero Ceferino sino de una especie de encarnación del ícono: el modelo real, un mozo del restaurant, que utilizó Marcos López para su foto de Nazareno (ver imagen de arriba). Pensé que ahí, justamente, radica parte de la magia del "pop latino" de Marcos: en esa confusión entre ícono y encarnación, imagen pop y documento de la realidad, estampita y mozo de fonda. Son como íconos truchos, pero en la truchada, precisamente, se halla la verdad de la fotografía.
En la foto de "Carla" (abajo), princesa indígena de inquietante mirada, poderosa y sexual, con sangre en las manos y tal vez ganas de venganza (la venganza probablemente ya haya sido consumada), adivinamos los nobles ancestros indígenas de la modelo y, a la vez, podemos suponer que se trata en realidad de una humilde empleada doméstica. Y en esa suposición se agazapa la mirada racista, el triunfo de los conquistadores del desierto. Suponemos que se trata de una empleada doméstica porque, en el Buenos Aires de hoy, una chica de rasgos indígenas probablemente sea empleada doméstica o, en todo caso, eso dicta el prejuicio. La formalidad de la pose y los colores, esos ocres y borravinos, evocan (no sin ironía) algún óleo épico del diecinueve. Podría ser uno de los cuadros históricos de Blanes, el mismo que pintó "La conquista del desierto" que figura en el billete de cien pesos. La aparente sencillez del retrato remite, a la vez, al tipo de fotografía etnográfica que acompañó la campaña militar (no desprovistas, en el caso de las mujeres indígenas, de cierto dejo pornográfico). Al mismo tiempo, el brillo Pop de la foto también puede llegar a hacernos pensar en Warhol o, incluso, en un retrato de la revista Caras. La foto de Carla también me hizo recordar la fascinación de Marcos por las reinas de belleza de segundo orden, que se coronan en alguna festividad pueblerina como La Fiesta de la Alfalfa de San Basilio, Córdoba... Había olvidado que, hace casi veinte años, hicimos un video juntos, Miss Paraguay, en el que Marcos aparece hablando de eso, con su habitual gracia. Desgraciadamente, no conservo copia.
Detrás de esas capas de referencias, sin embargo, vuelve a aparecer insistentemente la pregunta por la identidad de la modelo. Y en ese vaivén de la mirada se introduce, justamente, la insidiosa dimensión política de las fotos de Marcos. El toque "pop" le quita densidad, pesadez, solemnidad -es decir ineficacia- a la imagen. En vez de la previsible "denuncia", nos enfrentamos con nuestras propias contradicciones. Las fotografías de Marcos López son juegos, por cierto, divertimentos hechos para divertir. A la vez, en ese juego, las imágenes nos miran y nos preguntan qué estamos pensando.
-Andrés Di Tella
11 comentarios:
que miedo...
es el mozo de Ña Serapia...
si, si lo recuerdo muy bien, como olvidar su cara, y esa mano....buaaa
(mozo) Héctor, actualmente es dueño de Ña Serapia, en Las Heras cerca de Paunero. Recomiendo que vayan a comer su locro y empanadas. Y les dan saludos de mi parte. Como soy vegetariano, vivo en Barracas, y no tomo mas alcohol... me cuesta cruzar la ciudad para ir a su boliche. No se me ocurre ir a comer un locro con Coca Cola. y sacarle los pedacitos de chorizo colorado...
esta bueno tu texto andres. luego lo releo y te comento a que territorios me llevo la lectura. un abrazo.
Buenísimo el texto, la Historia en presente continuo. Y geniales las fotos de Marcos Lopez.
la palabra FONDA, no me suena bien. la cambiaría por restorán... para no herir susceptibilidades... no?
mas vale prevenir que curar.
Ah, pero la palabra "fonda" (y el LUGAR "fonda") me gusta mucho más que "restorán". Lamento que en esta ciudad haya cada vez menos fondas y por todos lados "restós" y "pizza-café"...
ok, se lo explicamos a Hector "El Martir". que fonda, suena mejor que Restó, con acento en la o....
o mejor no explicamos nada.
voy ahí cada tanto con el mismo amigo y cuando nos llamamos para combinar directamente nos decimos ; vamos a marcos lópez?, para mí y para mi amigo ña serapia es "marcos lópez" y héctor obviamente es héctor. me considero un habitué de "marcos lópez".
saludos
Hola Andrés vi la Television y yo hace algunos años y despues perdi el rastro de tus films, me estoy actualizando!
Saludos y si queres pasa por
http://www.flickr.com/photos/lentebagabundo
Daro
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