martes, 27 de marzo de 2012

El mito de Narcis(a) - BAFICI 2012 (2)


Una de las sorpresas de la programación del BAFICI 2012 es la retrospectiva consagrada a Narcisa Hirsch, largamente merecida y demorada. Reproduzco aqui, a modo de recordatorio y acicate para quienes no hayan visto sus obras, el texto que escribí el año pasado en ocasión de su última película, El mito de Narciso.

http://www.bafici.gov.ar/

Narcisa Hirsch me invitó a una función privada de su nueva película, de simpático título, El mito de Narciso (con "o"). El trabajo se presentó como work-in-progress y, de hecho, está en cantera hace unos cinco años, sin término en vista. Se trata de una especie de autobiografía, hecha con retazos de las más de treinta películas que Hirsch ha realizado, desde que empezó a hacer cine a fines de los años 60, y que la ubican como uno de los referentes del cine underground vernáculo. O sea, otra desconocida de siempre. El destino de Narcisa fue absolutamente singular y, al mismo tiempo, un "típico" destino del siglo XX. Nacida en Berlín en 1928, de muy joven emigró a la Argentina con su madre, mientras su padre -según entendí- permaneció en Alemania y nunca más se vieron. Aunque no eran judíos, el exilio fue -según Narcisa- una forma de resistencia al nazismo. En la película se evoca, en ese sentido, el movimiento de la Rosa Blanca, de los hermanos Hans y Sophie Scholl que, con indecible coraje, salieron a repartir folletos y hacer pintadas anti-nazis en plena guerra. Narcisa se casó aqui con el empresario Paul Hirsch, gerente del grupo minero boliviano Hochschild que, en los años 80, creó la Fundación Antorchas. Los fondos de la fundación provenían de la millonaria expropiación de las minas de estaño de Mauricio Hochschild, otro emigrado alemán de los años 30. La fundación operó en Argentina, Brasil y Chile pero no en Bolivia, en represalia por la estatización. Pero esa es otra historia.

La vida de Narcisa, sin embargo, está cruzada por la historia. Narcisa me contó anoche que, en los años 40, mientras Europa ardía en guerra, ella vivía con su madre en una pensión de Sucre y Conesa y concurría a jugar al tenis al Belgrano Athletic, club inglés del barrio (por entonces, un lejano suburbio). Su madre no quería saber nada con los alemanes. Pero en el Belgrano Athletic los anglos se preguntaban qué hacía en ese lugar esa niña enemiga. "Así fue toda mi vida", me dijo. "Nunca pertenecí del todo a ningún lugar". Anoche, conversando con Narcisa, también me enteré que una de sus primeras películas, Marabunta, de 1967, una performance filmada, contó con la cámara de Raymundo Gleyzer, el cineasta revolucionario desaparecido en 1976. Y en El mito de Narciso aparecen fotografías tomadas a fines de los 70, en plena dictadura militar, de los graffitti surrealistas que pintaba Narcisa en la paredes de San Telmo -cuando todas las paredes de la ciudad estaban limpias- sin conciencia del riesgo que corría. Cuando murió Paul Hirsch, Narcisa dejó su casona de San Isidro y se instaló en San Telmo, quizá como una manera de seguir buscando siempre otro lugar. Narcisa también jugó un papel decisivo en la creación del "grupo del Instituto Goethe" que se reunía, ahora al amparo de la embajada alemana, para ver y producir cine alternativo durante la dictadura, otra forma de resistencia (aunque fueron acusados de "frívolos", dedicados al arte por el arte, cuando sonaba la hora de los hornos).

En un texto que distribuyó sobre su trabajo, Hirsch dice: "La vida es una latencia, que según el tiempo y el espacio con que se encuentra, se hace visible como una figura. Pero siempre queda algo afuera, nunca se consuma del todo, hay otras vidas posibles que en la imaginación abarcan una realidad más amplia, más plena, totalmente consumada. Por eso filmar una vida es difícil, filmar la propia imposible". En esta tentativa de autobiografía -definida de antemano como imposible- Narcisa tiene la inteligencia de no hablar en primera persona. Deja que el relato lo conduzcan las imágenes de sus películas, que trata con saludable falta de respeto, como si se tratara de found footage encontrado en el tacho de basura. Y deja que la voz cantante la lleve su amigo el director de teatro Alberto Felix Alberto, en un extraño diálogo donde se ha omitido el interlocutor (la misma Narcisa). Desde la penumbra de un escenario teatral apenas iluminado por un spot, Alberto le habla a distintas imágenes de Narcisa, proyectadas en la pared (foto arriba). El dispositivo produce un curioso efecto simultáneo de distanciamiento e intimidad. La segunda persona del singular nos interpela y, a la vez, nos hace imaginar las respuestas de Narcisa. Respuestas que, seguramente, habrá que buscar en las imágenes. O, quién sabe, en nosotros mismos.
-Andrés Di Tella

lunes, 26 de marzo de 2012

Se viene un BAFICI... ¡argentino!


Se viene el BAFICI y, relojeando la programación, me asusta la cantidad de películas argentinas que quiero ver. ¿Me quedará tiempo para ver las extranjeras? No recuerdo otro BAFICI que me haya generado tanta expectativa sobre la producción vernácula.

Seguro que se me traspapeló alguna que ya agregaré, pero por el momento copio la siguiente lista:


Papirosen de Gastón Solnicki

Dioramas Gonzalo Castro

La chica del sur de José Luis García

La casa de Gustavo Fontán

Escuela normal de Celina Murga

El etnógrafo de Ulises Rosell

Nocturnos de Edgardo Cozarinsky

Alter sapukai de Sergio Subero y Guillermo Ueno

Los salvajes de Alejandro Fadel

La araña vampiro de Gabriel Medina

Mis sucios tres tonos de Juan Manuel Brignole

Accidentes gloriosos de Mauro Andrizzi

The International Sign For Choking de Zach Weintraub
(no sé si es argentina, pero casi...)

Sin olvidar (¡lejos de ello!) las de mis brillantes ex alumnitos:

La parte automática de Ivo Aichebaum

El tramo de Juan Hendel

El traje de Luna Paiva.

Y sin olvidar, tampoco, quizá mi sección favorita del festival, la sesión de work-in-progress.

Seguro que hay todavía otras, imperdibles, de las que no sé nada... ¡Después dicen que el cine argentino se suicidó! Y lo peor es que la programación internacional también pinta tremenda este año... ¿qué haré de mis días en abril?


imagen: Papirosen de Gastón Solnicki

A realidade e o cinema documental de Andrés Di Tella


26. 03. 2012
Filmes e Séries
Divulgação
O cineasta argentino, Andrés Di Tella
Por Sarah Corrêa

Muitas vezes, entrevistar alguém com uma rotina sabidamente corrida pode se tornar um desafio quase impossível de ser completado.
Cineasta, crítico de cinema, professor em Princeton (EUA), jurado e palestrante. Ao entrar em contato com Andrés Di Tella, surgiu logo um receio de a pauta cair. Afinal, com tantas tarefas, responder a um e-mail pode custar um tempo precioso.

Contudo, para a minha surpresa, o bate-papo por e-mail se deu de forma fluente. Começou com o inglês, passamos para o espanhol e logo as trocas de e-mail acabaram no portunhol. Diferenças idiomáticas à parte, é rápida a relação de simpatia criada com Di Tella.

A atenção e simpatia dispensadas a seus interlocutores são responsáveis, em parte, pela efetivação da produção documental deste argentino.
Além dessas qualidades intrínsecas a ele, as ascendências maternas e paternas também se encaixam como ingredientes indispensáveis ao olhar rico de Di Tella.
Filho de pai italiano, Torcuato Di Tella – fomentador do cenário cultural argentino na década de 60 – e com a mãe de origem indiana, Kamala Apparao, o cineasta carrega nas ideias o signo da importância familiar.
Foi Di Tella que idealizou o BAFICI (Festival de Cinema Independente de Buenos Aires).
Em 1999, logo na primeira edição, convidou a então jovem Sophia Coppola, que, para surpresa do argentino, viajou ao país sul-americano com seu pai e mestre, Francis Ford Coppola.

Com passado e presente gloriosos, Andres Di Tella é o homenageado na Retrospectiva Internacional desta 17 ª edição do Festival É Tudo Verdade.
Estarão em cartaz, até o dia 28 deste mês, em sessões gratuitas no CCBB (Centro Cultural Banco do Brasil), na capital paulista, algumas obras fundamentais do diretor, dentre elas A Televisão e Eu, País do Diabo, Fotografias e Proibido.
Francis Ford Coppola e Andrés Di Tella
Leia na íntegra a entrevista que Di Tella deu ao SaraivaConteúdo.

Sua relação com o É Tudo Verdade já vem de um certo tempo. Depois de participar da competição internacional e de ser jurado, como é estar na posição de homenageado?

Andrés Di Tella. É uma grande honra ser homenageado neste festival de documentários, que é o mais antigo e importante da América Latina. O gênero documental parece ter contornos cada vez mais imprecisos. O público, os críticos e os cineastas vivem se perguntando onde termina o documental e começa a ficção. Todos reconhecemos que, assim como na ficção, também são usados alguns artifícios no documentário. Reconheço meu trabalho como peça de uma tradição, que vai de Robert Flaherty a Jonas Mekas e de Joris Ivens a Eduardo Coutinho. E, dentro desta tradição a que pertenço, é muito significativo um festival como o É Tudo Verdade, por isso fico muito agradecido desta ser minha terceira participação nele.

Qual seu contato com a produção documental brasileira?

Andrés Di Tella. Além de cineasta, também sou curador de cinema. Fui o fundador e idealizador do primeiro BAFICI (Festival de Cinema Independente de Buenos Aires) e, desde 2002, dirijo o Princeton Documentary Festival (da Universidade de Princeton, nos EUA), que tem um foco especial na produção documental latino-americana. E, nesse sentido, temos muitos títulos brasileiros. Inclusive, alguns dos títulos mais memoráveis deste ano são do Brasil, como Um Passaporte Húngaro, de Sandra Kogut; Peões e Jogo de Cena, de Eduardo Coutinho; Entreatos e Santiago, de João Moreira Salles; Justiça e Juízo, de Maria Augusta Ramos; Viajo Porque Preciso, Volto Porque Te Amo, de Karim Aïnouz e Marcelo Gomes. Eu não só participo desta programação, que recebe esses títulos, mas também reflito sobre a minha própria prática enquanto diretor estando em contato com essas obras.

Como surgiu a sua relação com o É Tudo Verdade?

Andrés Di Tella. Conheci o festival através de referência, antes de vir pela primeira vez. É preciso lembrar que, há alguns anos, o cinema documental era uma terra esquecida e não havia tantos festivais consagrados dedicados ao gênero. Então, fui convidado para ser jurado da Competição Internacional, no É Tudo Verdade. Também participei da competição por duas vezes, com La Television Y Yo (2002), que teve a estreia mundial primeiro aqui, no Brasil, mesmo antes da Argentina, e com Fotografias (2008). Também participei da Conferência Internacional, que é uma das atividades mais importantes deste evento, já que muitos festivais não fazem isso, e é o que dá para ter uma visão e reflexão mais ampla sobre a produção estrangeira.

Na coletiva de imprensa que ocorreu recentemente pra apresentar esta edição do festival, Amir Labaki comentou que, nesta década, temos uma nova estética na produção documental. Se, após 2001, os documentários foram muito influenciados pelo viés político, pelo fato dos ataques às torres gêmeas, agora, temos uma volta à estética mais intimista. O que você acha dessa opinião?

Andrés Di Tella. Não posso dizer que os ataques de 11 de setembro influenciaram no ato de fazer documentário na América Latina, tanto quanto podem ter influenciado os próprios Estados Unidos e a Europa. Na Argentina, por exemplo, foi muito mais decisiva a crise política e econômica de 2001, que gerou um aumento na produção de documentários. Em qualquer caso ou razões, não há dúvidas que a última década foi marcada por um intenso crescimento na produção documental. Desde 2001, foi a fase mais prolífica na história do documentário. Com certeza, o olhar subjetivo e íntimo do ser humano contribui com essa riqueza que tem se percebido nesse gênero.

Você é um dos grandes nomes do Novo Cinema Argentino. Na sua visão, qual é a característica que mais reflete sua produção?

Andrés Di Tella. Uma das características do chamado ‘Novo Cinema Argentino’ é a influência do documentário na ficção. Por isso, creio que muitos dos títulos mais significativos dos últimos anos têm, digamos, reflexos documentais que os cercam, ainda que não de uma forma direta e complacente. Meu trabalho, por si, tem que enxergar estas curvas entre a ficção e o documentário, narrativa e documento, testemunhos e fábula, memória e invenção, intimidade e política, público e privado.

Filho de Torcuato Di Tella, fomentador do cenário cultural argentino na década de 60, e de Kamala Apparao, de origem Hindu, como absorveu esta herança étnica que seus pais deixaram a você?

Andrés Di Tella. Creio que, na Argentina, ser filho de um pai com ascendência italiana é tão exótico quanto ser filho de uma mãe nascida na Índia. Essa condição me predispõe a entender os caminhos e contradições das nossas sociedades. Também me permitiu descobrir que não existe família que não tenha uma história que não mereça ser contada. Aliás, uma não, muitas histórias.


http://www.saraivaconteudo.com.br/

jueves, 22 de marzo de 2012

Diretor argentino ganha restrospectiva no festival É Tudo Verdade



SYLVIA COLOMBO
de Buenos Aires

Na passagem mais marcante de "O País do Diabo" (1998), do argentino Andrés Di Tella, um velho índio ranquel conta como tentaram fazer com que se esquecesse da língua de seus antepassados para aprender o espanhol.

Era apenas um garoto, e seus professores lhe aplicavam golpes na cabeça com a ponta de uma régua.

Com olhar altivo, Manuel Cabral relata que aguentou a dor e resistiu à ideia. Aprendeu a se comunicar no idioma da maioria dos argentinos, mas conservou o ranquel na memória. Hoje, o ensina numa escola rural da província de La Pampa.

O filme, que integra a retrospectiva de Di Tella no festival É Tudo Verdade, traça a história da Campanha do Deserto, operação armada pelo governo argentino no século 19, na qual o Exército foi enviado ao sul do país, causando uma matança generalizada de várias tribos.

"Aconteceu há mais de cem anos, mas segue ocorrendo todos os dias. Os indígenas continuam a não poder ser indígenas. Nos consideramos um país europeu, mas 51% dos habitantes têm no mapa genético componentes indígenas", diz o diretor.

Di Tella acha difícil entender seu país hoje sem mexer nessa ferida. "Naquele tempo, os indígenas cumpriram o papel do outro, e o governo os pintou como inimigos para ganhar apoio", diz ele.

"Hoje se faz o mesmo, mas com personagens diferentes. Agora, o outro é o imperialismo estrangeiro, daí esse discurso combativo com relação às Malvinas", completa.

O filme guarda uma relação profunda com "Fotografias" (2007), no qual investiga suas próprias raízes, por meio da história da mãe, que veio da Índia.

"Eu era vítima de preconceito. Não sou indígena, mas filho de indianos. Me olhavam diferente", afirma.

Durante a investigação, Di Tella topou com a viagem do escritor Ricardo Güiraldes (1886-1927) ao Oriente. O filme mostra como o autor do clássico "Don Segundo Sombra" recebeu fortes influências de sua ida à Índia.

O festival trará também outras obras do diretor. Entre elas, "Macedonio Fernández" e "Montoneros, uma História" (veja abaixo).



http://www1.folha.uol.com.br/

HACER CLIC EN PROGRAMA PARA LEER


martes, 20 de marzo de 2012

Andrés Di Tella e o documentário do "eu"

RETROSPECTIVA INTERNACIONAL - ANDRÉS DI TELLA

Andrés Di Tella e o documentário do "eu"

NO ÂMBITO DE UM DOCUMENTARISMO argentino rico e sempre renovado, a obra de Andrés Di Tella se destaca por colocar em cena uma reflexão sobre o gênero documentário ao mesmo tempo em que nos faz ver a realidade segundo seu olhar.

Começou como videoartista, e também passou por estúdios de televisão, antes de se dedicar a realizar longas- metragens com temáticas culturais e sociais muito diversas. No entanto, todas suas produções têm em comum a vontade de explorar o encontro entre o ficcional e o documental.

A estrutura narrativa de seu primeiro longa-metragem, Montoneros, uma história, apóia-se em uma viagem que aproveita o deslocamento espacial para integrar um longo diálogo com Ana Testa, que relembra sua militância e a posterior repressão da qual foi vítima. Nesse transferir-se em direção ao passado, Di Tella procura fugir do documentário político tradicional pensado como testemunho ou como documento, para mostrar ao espectador a experiência vital dos militantes, carregada de ideias, mas também de emoções, de humor e de muita fragilidade.

Já neste primeiro filme, o realizador introduz vários dos elementos que trabalha ao longo de sua filmografia. Por um lado, a opção por mostrar as operações intelectuais e técnicas que lhe permitem desenvolver os filmes que realiza; por outro lado, trabalhar a enunciação subjetiva dentro do documentário.

Nesse sentido, A Televisão e eu implica uma marca em sua filmografia. É ali onde abre para o olhar do público a caixa de ferramentas com a qual trabalha, isto é, os materiais audiovisuais que usa e a forma contraditória em que esses materiais vão se construindo e ordenando. Di Tella se apresenta em primeira pessoa para expressar as tensões entre seus propósitos conscientes e a forma em que estes se resignificam durante o processo criativo. Para isso, coloca à nossa disposição as dificuldades e as paixões que vão se despertando no caminho do conhecimento.

Assim como A Televisão e eu é um filme no qual Di Tella explora sua relação com o projeto industrial e familiar paterno, Fotografias se centra tanto na memória como no legado maternos. No primeiro, a ênfase está em mostrar como se articula o público e o privado no âmbito de uma família que na Argentina é sinônimo de de- senvolvimento industrial e vanguarda estética. No segundo filme, o realizador transita na cultura hindu para se encontrar com uma espiritualidade que lhe resulta muito distante, embora o aproxime de sua mãe.

O díptico não coloca em jogo essa matéria-prima autobiográfica para comover o espectador, e sim para romper absolutamente a tradição do documentário clássico e expositivo, olhando para dentro, interligando os fatos que se desejam conhecer com redes complexas e caóticas nas quais intervêm razões pessoais, sociais, históricas e culturais.

Também sua última criação, Golpes de machado, assume que a riqueza do documentário radica na possibilidade de que o espectador veja o processo de conhecimento no qual o realizador transita em função de se apropriar de uma determinada realidade. Desta vez, Di Tella se vê obrigado a precipitar-se no abismo, já que o objeto de observação é o artista Claudio Caldini e sua obra. Assim, nessas imagens se entrelaçam as certezas e incertezas de dois universos criativos que sempre experimentam no limite das concepções artísticas.

Em resumo, Andrés Di Tella conseguiu produzir uma obra cheia de surpresas, entre outras uma sistemática reflexão teórica sobre o gênero. Inovação e autoconsciência são as palavras que melhor caracterizam seus trabalhos.

Clara Kriger



O País do Diabo
ANDRÉS DI TELLA (ARGENTINA/ ARGENTINA, 2008)


Fotografias
ANDRÉS DI TELLA (ARGENTINA/ ARGENTINA, 2007)


Golpes de Machado
ANDRÉS DI TELLA (ARGENTINA/ ARGENTINA, 2011)


A Televisão e Eu
ANDRÉS DI TELLA (ARGENTINA/ ARGENTINA, 2002)


Macedonio Fernández
ANDRÉS DI TELLA (ARGENTINA/ ARGENTINA, 1995)


Montoneros, Uma História
ANDRÉS DI TELLA (ARGENTINA/ ARGENTINA, 1995)


Proibido
ANDRÉS DI TELLA (ARGENTINA/ ARGENTINA, 1997)


Reconstituição do Crime da Modelo
ANDRÉS DI TELLA, FABIÁN HOFMAN (ARGENTINA/ ARGENTINA, 1990)



lunes, 19 de marzo de 2012

Hong Sang-soo en YouTube



"Lost in the Mountains", que un alma caritativa colgó entero de YouTube (en tres partes), es un mediometraje de media hora, la contribución de Hong Sang-soo a la edición 2009 del Jeonju Digital Project, que suele reunir a algunos de los cineastas más interesantes del mundo en un film-omnibus de tres mediometrajes, producido por el festival de cine coreano de Jeonju. En ese año compartieron cartel con Hong la japonesa Naomi Kawase y el filipino Lav Díaz; el año pasado conformaron el elenco nada menos que Jean-Marie Straub, Claire Denis y José Luis Guerín. Me sentí de alguna manera interpelado -como rara vez me sucede en youTube- porque debo haber sido uno de los primeros argentinos en ver una película de Hong Sang-soo, de quien programé su extraordinaria segunda película, "El poder de la provincia Kangwon", en el primer BAFICI, al correr el año del señor 1999, cuando Hong no figuraba ni a placé en las marquesinas de los festivales top. Hong no pudo viajar ese año a Buenos Aires pero tuve el placer de conocerlo al año siguiente en Pusán, en la sobremesa de un asado coreano, en mi único e inolvidable viaje -35 horas- a "la tierra de las mañanas tranquilas" (así la llaman sus nativos). Me convertí en fanático instantáneo -acusado de agente secreto coreano por algunos- y es desde entonces uno de los pocos directores contemporáneos de quienes puedo decir que he visto todas sus obras, o casi, ya que últimamente su prolífico ritmo de producción (¡siete películas en los últimos cuatro años!) hace difícil seguirle el paso. Justamente, hoy YouTube brinda la oportunidad de ponernos un poco al día. La semana pasada comprobé que es posible ver un largo en YouTube -nada menos que el impenetrable Espejo de Tarkovski- asi que un mediometraje no puede constituir un desafío demasiado exigente. Lo que me gusta del cine de Hong, entre otras cosas, es que los personajes parecen estar en medio de la intrascendencia de lo cotidiano cuando, en realidad, resulta que estaban viviendo aquel momento borgiano en que se define un destino. "Como la vida misma", habrían dicho Morelli y Berruti, copa de champán en mano.


lunes, 12 de marzo de 2012

Retrospectiva Internacional: Andrés di Tella

A Retrospectiva Internacional apresentará a obra de Andrés di Tella, cineasta argentino que já participou do festival com obras em competição (A Televisão e Eu) e, em 2002, integrou o júri internacional. Inédita no Brasil, a mostra apresentará seus seis longas-metragens, além de um curta e uma média- metragem. “Andrés Di Tella vem desenvolvendo, no último quarto de século, uma obra delicada e complexa que, a um só tempo, indaga a própria identidade e o espírito da época, o engate entre os registros de ontem e os de hoje”, explica Amir Labaki.
Entre os longas, destaca-se o inédito Golpes de Machado (Hachazos, 2011), que recupera a trajetória de Claudio Caldini, um cineasta experimental de atuação marcante nos anos 70 hoje recolhido em uma propriedade rural, num subúrbio de Buenos Aires. Di Tella foi também o criador e primeiro diretor do Bafici, o Festival Internacional de Cinema Independente de Buenos Aires.


Fotografias, de Andrés Di Tella (Argentina, 110 min). 2007
Para desvendar a história de sua mãe, nascida na Índia, o diretor argentino empreende uma viagem às suas origens. Na própria Argentina, ele acha pistas sobre o passado de sua mãe. Na Índia, o diretor tenta preencher as lacunas da identidade de ambos.

Golpes de Machado, de Andrés Di Tella (Argentina, 80 min). 2011
Desde 2004, Claudio Caldini trabalha como caseiro numa propriedade rural em General Rodríguez, subúrbio de Buenos Aires, quase esquecido de seu passado de cineasta, participante de um ativo círculo experimental nos anos 70 – cujas atividades foram interrompidas pela ditadura militar.

A Televisão e Eu, de Andrés Di Tella (Argentina, 75 min). 2002 Equilibrando-se entre a história e a autobiografia, o cineasta explora episódios da televisão na Argentina, mesclando-os com suas próprias lembranças, em que são personagens o introdutor da TV na Argentina, Jaime Yankelevich, seu próprio avô, Torcuato di Tella pai, e Evita Perón.

Macedonio Fernández, de Andrés Di Tella (Argentina, 45 min). 1995
O escritor e roteirista Ricardo Piglia torna-se o guia desta viagem informal pela geografia e pela memória de Buenos Aires, procurando os vestígios de Macedonio Fernández (1874-1952) – autor de contos, poemas, novelas e ensaios que conquistaram a admiração de Jorge Luis Borges

Montoneros, uma História, de Andrés Di Tella (Argentina, 90 min). 1995 Através da história pessoal de Ana, uma ex-militante dos Montoneros, principal grupo armado argentino contra a ditadura militar dos anos 70/80, reconstitui-se a memória coletiva não só dessa organização, como do próprio país num momento de crise e fragmentação social e política.

O País do Diabo, de Andrés Di Tella (Argentina, 72 min). 1998
Ensaio de um perfil do controverso escritor, jurista, etnógrafo e geógrafo Estanislao Zeballos (1854-1923), principal ideólogo da chamada Conquista do Deserto, campanha deflagrada pelo exército no final do século XIX que acarretou o extermínio da maioria dos indígenas argentinos.

Proibido, de Andrés Di Tella (Argentina, 106 min). 1997
Examinando-se emissões televisivas e documentos do período da ditadura militar argentina (1976-1983), evidencia-se os mecanismos da manipulação midiática exercida pelos comandantes do regime, que evocam táticas aplicadas pelo nazismo e por outros governos totalitários.

Reconstituição do Crime da Modelo, de Andrés Di Tella (Argentina,8 min). 1990
A cobertura sensacionalista de um crime por um canal televisivo fornece o ponto de partida para que o cineasta empreenda um processo de desconstrução das técnicas e artifícios desta narrativa. Coloca-se em discussão o caráter ficcional do discurso jornalístico.


E TUDO VERDADE / IT'S ALL TRUE
Festival Internacional de Documentários
Sao Paulo / Rio de Janeiro
22 de março - 1 de abril 2012



http://www.itsalltrue.com.br/

jueves, 8 de marzo de 2012

El documental y yo


por Andrés Di Tella

1

Tres rabinos van en un taxi. El primero suspira y dice:

—Cuando pienso en Dios, me digo que realmente soy muy poca cosa.

El segundo rabino le dice al primero:

—Si tú eres muy poca cosa, entonces ¿qué soy yo? Yo no soy nada.

El tercer rabino le dice al segundo:

—Si tú no eres nada, entonces ¿qué soy yo? ¡Soy menos que nada! ¡Estoy

por debajo de todo!

En ese momento el taxista, que es negro, se da vuelta y les dice:

—Pero, si hablan de esa forma, si dicen que no son nada, que incluso son

menos que nada, entonces, ¿qué soy yo? ¡No hay ni palabras para describirme!

¡Yo no existo!

Entonces los tres rabinos lo miran y dicen:

—Pero ¿este quién se ha creído?


Seguir leyendo aquí.

Fotografía: Andrés y Torcuato Di Tella en La televisión y yo (2002).


miércoles, 7 de marzo de 2012

Condor de Plata

HACHAZOS de Andrés Di Tella, nominada en la categoría Mejor Documental, Condor de Plata 2012.