Se viene el BAFICI y, relojeando la programación, me asusta la cantidad de películas argentinas que quiero ver. ¿Me quedará tiempo para ver las extranjeras? No recuerdo otro BAFICI que me haya generado tanta expectativa sobre la producción vernácula.
Seguro que se me traspapeló alguna que ya agregaré, pero por el momento copio la siguiente lista:
Papirosen de Gastón Solnicki
Dioramas Gonzalo Castro
La chica del sur de José Luis García
La casa de Gustavo Fontán
Escuela normal de Celina Murga
El etnógrafo de Ulises Rosell
Nocturnos de Edgardo Cozarinsky
Alter sapukai de Sergio Subero y Guillermo Ueno
Los salvajes de Alejandro Fadel
La araña vampiro de Gabriel Medina
Mis sucios tres tonos de Juan Manuel Brignole
Accidentes gloriosos de Mauro Andrizzi
The International Sign For Choking de Zach Weintraub
(no sé si es argentina, pero casi...)
Sin olvidar (¡lejos de ello!) las de mis brillantes ex alumnitos:
La parte automática de Ivo Aichebaum
El tramo de Juan Hendel
El traje de Luna Paiva.
Y sin olvidar, tampoco, quizá mi sección favorita del festival, la sesión de work-in-progress.
Seguro que hay todavía otras, imperdibles, de las que no sé nada... ¡Después dicen que el cine argentino se suicidó! Y lo peor es que la programación internacional también pinta tremenda este año... ¿qué haré de mis días en abril?
imagen: Papirosen de Gastón Solnicki
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