ANDRES, finalmente, encontré una foto para que acompañes tus artículos en el blog, para Argentina Alemania. La reina del queso. Es de SAN CARLOS CENTRO, PROV. SANTA FE. Ahora será una señora de aprox. 35 años... o 40... habrá que hacer el calculo. La foto es del 1995. Es la fábrica de queso de sus padres. Seguramente sus abuelos son alemanes... o bisabuelos...
Marcos
Tengo miedo. Después de ver cómo Alemania destripó a Inglaterra y cómo Brasil liquidó al Chile de Bielsa en un trámite, tengo miedo. Hasta España, que apenas le ganó a Portugal 1 a o con ese gol en offside de Villa, me da miedo. La misma actuación de la Argentina, la menos convincente hasta ahora, a pesar de haber ganado cómodos, me da miedo. El recuerdo del papelito en la media del arquero alemán en el último mundial me da miedo. Leo en el diario sobre el vaticinio adverso que dió el pulpo Paul en Oberhausen y tengo miedo. A partir de ahora, todo será sufrimiento. El otro día, ganábamos 3 a 0 y sufríamos. No puedo imaginar lo que va a ser con Alemania. En el último mundial, cuando terminó el partido y quedamos afuera, R se puso a llorar desconsoladamente. Yo me tragaba los mocos e intentaba calmarlo: "Bueno, no es para tanto, es sólo un partido de fútbol". Nunca me sentí más hipócrita. Recordé aquella frase atribuida a Bill Shankly, el legendario entrenador del Liverpool en los años 70: "Alguna gente cree que el fútbol es una cuestión de vida o muerte. Esa actitud me decepciona. El fútbol es mucho más importante que eso". La última vez que fuimos a la cancha con R, hace unos meses, C nos preguntó, en toda su inocencia, si nos habíamos divertido. "¿Divertido? ¿¡Cómo va a ser divertido!? ¡Fuimos a ver a River!" El fútbol, para el que le importa, es para sufrir.
-Andrés Di Tella
foto (c)Marcos López 1995.
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9 comentarios:
La hija del dueño de la quesería es la reina del queso. Por un lado parece un tongo argentino. Pero por otro "Reina del queso" suena a la peor pesadilla que puede tener una adolescente. Así que no sé.
Eso es lo que tiene de precioso la foto. La ambivalencia. "Soy la Reina... pero del Queso", piensa la niña. "Igual, no dejo de ser la reina. Más de una me está envidiando". En esa sonrisa, apenas ladeada, no sé si para la cámara -por lo menos que no se note-, hay algo de suficiencia. Y a la vez, de incomodidad. Con la capa, con el cetro y, especialmente, con la banda que anuncia su título de nobleza. "Este pueblo me está quedando chico", piensa. Encerrada por los quesos gigantes adelante, los ladrillos de la fábrica de quesos de papá atrás. Los agujeros del queso y la textura de los ladrillos, una trama que la envuelve. La puerta -¿de escape?- bloqueada con los tachos de la leche, vigilada por dos hombres lácteos de blanco. Y la escalera al cielo -¿de sus fantasías?- no conduce a ninguna parte. Pensado así, la foto parece un poco triste, más si uno piensa en el futuro de la reina. Sin embargo, hay en ella, en su actitud, algo de aceptación filosófica, de su lugar en el mundo, un poco de orgullo familiar incluso -"sí, soy la reina del queso y me la banco... ¿qué tiene de malo el queso?" También puede haber un trasfondo de orgullo racial que no me gusta tanto pero que, en este caso, es llevado con discreción, hasta con cierta humildad. También parece estar escrutando al que está detrás de la cámara: "¿Y este fotógrafo tan simpático, tan amable, será de confiar?"
Como siempre en las fotos de Marcos López, un mundo.
Buenas tardes, Andrés!
¿Si supieran cómo se hacen esos quesos? Te lo dice alguien que fue a comprar suero para alimentar a los cerdos. El suerto es un líquido de agua en estado de descomposición con otros componentes que sobra al hacerse el queso, curiosamente le fascina al cerdo, o chancho, creo que queda mejor decir chancho.
Todos las queserías son así, como en esa foto, galpones con ladrillos a la vista, no me preguntes el por qué, pero te puedo asegurar que son todos iguales, una especia de codificación compartida o pacto como el Pacto de San José de Costa Rica, ja.
Y sí, soy la reina pero del queso está buenísimo, es ambivalente como decís.
Quisiera aprovecha estas líneas para consultarte: ¿qué opinás de la fotografía en el caso de movies, es decir, para el armado de las mismas? Me gustaría que comentes al respecto porque tengo una idea fija y no sé si es la correcta.
Saludos a todas y todos!
Juan Manuel (ex Ernesto Ugarte)
Otra vez, la foto es una maravilla. ¿Cómo se pueder ser la reina del queso? Como diría N., mi informante del mundo adolescente, "she knows her cheese".
He visto un par de partidos en casa del querido P., embajada brasileña. Y comentábamos con F, puertorriqueño, un poco en broma y en serio, que él y yo éramos los verdaderos underdogs, que los brasileños no tienen nada de periféricos, sin embargo no pueden dejar de temer a ese pequeño país del sur que imaginan como el rival más temido. No es que no crean que no pueden con Argentina, pero se mueren de miedo ante la idea de perder justamente con Argentina. De ahora en adelante, sobre todo para los afortunados (o no) que perticipan de estos acontecimientos mundiales, sólo vienen horas de miedo, como bien dices. Para los que andamos flotando más allá de las froteras, nos queda imaginarnos alguna camiseta, arrimarnos, juntarnos, ser compasivos, acompañar: será un partidazo contra Alemanis.
Nosotros somos los reyes del queso, pero sin bandera.
Me gustaria contactar a Marcos López, para ver si puedo usar algunas de sus fotos para la página web del Centro de Estudios Latinoamericanos. Sería hermoso. Son imágenes geniales.
¿Usted todavía usa email, esa vieja tecnología?
Abrazos,
Paul
Tranqui. Argentina va a ser campeón mundial esta vez, ya está escrito.
Saludos...
Buenísima la foto! Y muy bueno tu comment! Vaaaaamos Argentinaaaaa!
Estoy en total desacuerdo con López de que el futbol, para el que le importa, es para sufrir. Yo creo que lo que le hace sufrir no es el futbol sino la caída de una bandera en una cancha, la que sea, en el país que se juegue.
Muy de acuerdo con Shankly al decir que el futbol no es una cuestión de vida y muerte. Es un juego, y a quien le gusta el juego, como es mi caso, se aburre mortalmente en partidos, como los que hizo en este mundial, Francia e Italia, y se queda satisfecho, como después de haber tomando un coctel de lujo, con un partido como el que le hizo ayer España a Alemania, buena lección, dicho sea de paso, que tendría que tomar en cuenta Maradona y no burlarse de los gallegos antes de tiempo. Cuestión que, como tengo la suerte de no tener ninguna bandera que me tape los ojos seguiré siempre disfrutando del buen juego del futbol, sin miedos, sin lagrimas, y lo que es importante, sin sufrir
José: no estás en total desacuerdo con López sino... CONMIGO! Ya que fui yo el que dijo que el fútbol, para el que le importa, es para sufrir. La prueba: no sufrís! Y atento que Bill Shankly dijo que "no es una cuestión de vida o muerte... es mucho más importante que eso!" Tener una "bandera", ya sea la de River o la la selección, es precisamente lo que te permite disfrutar a fondo con ese juego. Convengamos que, sin ese condimento, hay mejores maneras de pasar 90 minutos...
España, por otra parte, jugó muy bien ayer. Y, por eso mismo, Alemania fue una sombra del "Mannschaft" que destrozó los sueños de la Argentina.
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