por José Rivarola
Querido Andrés: Justo ahora cuando empiezo esta carta el muezzin está llamando a la oración en la mezquita que la tengo casi pegada a la ventana. Estoy en Triplicane, en el Broadlands, y te estoy escribiendo desde uno de los cuartos que perteneció al Nizzan de Wallajah, y que hoy es este albergue barato y decadente, lleno de alma y romanticismo. Me acuerdo cuando me quitaste de aquí para llevarme al Gymkana y yo te pedía volver a mi querida Triplicane pero tú me decías, no, los quiero a todos juntos. Y me tuve que conformar con esas habitaciones que olían a moqueta húmeda en ese club donde los camareros me identificaban con Sadam Husein.
He llegado hace tres días de Kodaikanal. Atrás en ese camino que llaman pasado se quedó el Bodhizendo con los monjes zen jugando a ser alemanes, el orden de los factores no altera a esos tipos que se sientan para llegar a algo y con el tiempo se sientan porque se sientan y con el tiempo se hartan de estar sentados y empiezan a hablar cosas, entonces el asunto se vuelve grave y hay que huir como yo, que huí una noche por la puerta de atrás y me subí al caballo y galopé lejos mientras los monjes salían con los arcos para ensartarme. Ya ves que el zazen te deja delirios todos impresos en legend.
Mañana vuelo a Bombay donde estaré tres días y el 11 de noviembre tomo otro vuelo más largo en un avión más grande hacia Barna. Abrí tu blog el otro día y vi que había mucha foto y algunos escritos, lo grabé en el pen drive pero con el típico descuido guardé luego otras cosas sobre lo grabado y se me borró. Ahora, cuando den la electricidad, ya sabes que últimamente en India la quitan por más de seis horas, porque se descuidaron con tanta industria que les carcome la energía. Es asombroso, tienen plantas nucleares por todas partes, satélites dando vueltas al planeta y no pueden arreglar el problema eléctrico. Bueno, te decía que cuando venga la luz, voy al ciber de la esquina y lo vuelvo a grabar para leerlo en el portátil y ya te comentaré algo. Veo que tu trabajo en España ha terminado. Espero que vuelvas, ahora que eres personaje conocido en el reino, y si te das una vuelta por Ibiza te organizo un ciclo con los amiguetes que ya te conocen de mis cuentos.
¡Por fin puedo decir que terminé el libro de Mamita! O la historia de Rama. El año pasado me estaba mintiendo a mí y a los demás, sin ni siquiera darme cuenta de cuánto mentía. Esta vez estoy muy conforme con la primera parte, y cambié lo de la película en la India dejando algo más completo. En total agregué 50 páginas, parece una barbaridad pero eran necesarias para que se entienda este tocho que me volvió loco durante un tiempo.
El muezzin paró de llamar. Ahora están allí todos juntos rezando. Cada tanto suena Allah hu Akbar, Dios es Grande.
Con estas palabras mágicas te dejo y espero tus noticias.
Un gran abrazo
José
foto: rodaje de Fotograf'ías en Madrás.
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