Unos pocos buenos amigos de Luis Ospina
Hay deudas, hay mandatos. Unos pocos buenos amigos no es narrada por Luis Ospina ni es confesional y, sin embargo, termina siendo tanto de Luis como de su gran amigo Andrés Caicedo y, cómo no, de Cali. Porque Caicedo, el mártir de los cinéfilos, el joven escritor suicida de pelo largo, el crítico de Ojo al Cine, perfectamente podría no existir en la blogósfera pop si no fuera por Ospina. Él se encargó de que Caicedo no se perdiera. Él tomó el riesgo de que Caicedo pudiera opacarlo, quizás sintiendo que a veces en la vida, uno de los roles que pueden tocar es simplemente el de ser amigo de alguien que lo necesita. Unos pocos buenos amigos es la biografía oral y visual de un fantasma. De alguien que ya no está y que está en todas partes. Que ha tocado a todos esos caleños conscientes de que la cumbre de sus existencias ya pasó. Unos pocos buenos amigos funda y le da voz e imagen a Caicedo, sí, pero acaso es al mismo tiempo la cinta más personal de Ospina. Hay amistades y pérdidas que marcan y este film modesto es la prueba, es la marca, y nos hace sentir un poco tristes al captar que no todo el mundo tiene la suerte de tener un amigo como Luis Ospina.
HOY sábado 28 de marzo 20.15hs / Hoyts 7
Repite: martes 31/3 12.30 / Hoyts 1
Mesa redonda: Andrés Caicedo: cine, drogas, salsa & rock'n'roll. Con Luis Ospina, Alberto Fuguet y Javier Porta Fouz.
LUNES 30 de marzo 19hs / Auditorio Espacio BAFICI
2 comentarios:
¿Mitificación de un joven sensible y de una época? Cuando vi la peli en el Hoyts estaba Ospina y los que más preguntas hacían después de ésta, eran chicos hispanoparlantes extranjeros.¿Colombianos quizás? Y sí...
Cuando se trata de figuras marginales y malditas y como Andrés Caicedo, ¡bienvenida la mitificación! En la charla que dieron Luis Ospina y Alberto Fuguet, que acaba de publicar una "autobiografía" de Andrés Caicedo (un montaje de textos y cartas del autor colombiano fallecido a los 29 años), también estaba repleta de colombianos (de hecho, creo que fue la actividad más concurrida de todas las actividades paralelas del BAFICI). La invasión de jóvenes estudiantes colombianos en estos años, dicho sea de paso, es uno de los fenómenos que está haciendo de Buenos Aires una ciudad cada día más interesante.
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