lunes, 16 de febrero de 2009

Volver a dibujar


Este fin de semana volví a dibujar. Dibujé más en estos dos días que en todos estos años. Y con el dibujo me volvió, como con la magdalena de Proust, todo un universo semi enterrado. Cuando era chico jugaba al Subbuteo, un juego de mesa de fútbol muy popular en Londres en los años 70, cuando yo vivía allá, y que intenté importar a la Argentina cuando volvimos. Se jugaba sobre un paño verde y cada jugador disponía de su equipo de once pequeños jugadores, hechos con bastante detalle, pintados a mano como soldaditos de plomo, cada equipo con sus colores correspondientes. Existían cientos de equipos, todos los ingleses por supuesto pero también equipos internacionales. Recuerdo que estaba la Argentina, camiseta a rayas celestes y blancas, pantalones negros y medias grises: una exacta reproducción de la indumentaria de la selección en esos tiempos, aunque la piel de los jugadores era… negra. No existían River ni Boca pero yo tenía Perú (también negros) que era bastante parecido a River. Los jugadores iban sobre una base semiesférica que se golpeaba con el dedo para hacerlos deslizar sobre el paño y patear la pelota.

Armábamos unos campeonatos interminables, los fines de semana, con mi amigo Klaus Gallo y algunos vecinos de la casa de la calle Sucre, como el Gordo Guillermo y el Flaco Ricardo y, cómo olvidarlos, los mellizos Longarella. Cada uno tenía su equipo: el de Klaus era el Deportivo Lacroze, porque vivía en la calle Federico Lacroze, el del Gordo era Defensores de Sucre. Mi equipo, me da un poco de vergüenza recordar el nombre, era el Inter Belgrano, o Internacional Belgrano, nombre que igual, en mi caso, no dejaba de tener su lógica. Y utilizaba los jugadores del Inter, o Internazionale, de Milán. Uno de los Longarella, ahora lo recuerdo, tenía su Sport Crámer y el otro, Echeverría Juniors. Una vuelta Klaus le ganó a uno de los mellizos, con un penal que yo le cobré en el último minuto, precisamente en el departamento de los Longarella de Crámer y Echeverría. El mellizo se puso como loco, nos puteó de arriba abajo y, en medio de las lágrimas, nos echó de la casa. Fue como uno de esos partidos “chivos” jugados de visitante en una cancha difícil.


Los campeonatos, como dije, era largos, podían durar dos o tres meses, a veces más. Y yo “publicaba”, es decir escribía a mano y dibujaba, la revista del torneo. Como si fuera El Gráfico, con los resultados, los goleadores, la figura del partido, y breves comentarios de los partidos, calificándolos igual que en El Gráfico con categorías tales como “mediocre”, “intenso”, “muy bueno”. Y, por supuesto, “fotos” de los partidos, que yo dibujaba, copiando a veces fotos del mismo Gráfico, inventando otras. Pasaba horas haciendo esas revistas, que sólo leía Klaus y alguno de los otros jugadores. Y me doy cuenta que es esa misma combinación de dibujo y letra en el papel --no por nada siempre fui un aficionado de las historietas-- la que siempre me gustó y a la que quise regresar hace un año atrás, cuando aproveché la soledad y los tiempos muertos de un viaje para volver a dibujar, en un cuadernito donde también van mezcladas anotaciones, frases o la misma tapa de un libro que estoy leyendo. Después, pasó el tiempo y terminé dibujando muy poco. Las hojas en blanco del cuadernito me esperaban, acusadoras. Por sugerencia de una amiga, Marlene Lievendag, me anoté en el taller intensivo de dibujo de Martín Kovensky, un dibujante que siempre me gustó mucho y que parecía el maestro perfecto para mí, por su tipo de dibujo de trazos simples pero llenos de gracia, sin ninguna pretensión “pictórica” ni de obra acabada, pero de enorme expresividad. Seguramente habrán visto su trabajo, por ejemplo sus ilustraciones para las páginas editoriales de La Nación.


El taller tuvo lugar en un bonito local, con largas mesas de trabajo, mucha luz, patio y plantas, de la calle Cabrera. Empezamos el sábado a las diez de la mañana y no paramos de dibujar hasta el domingo a las seis y media de la tarde. No exagero si digo que nunca dibujé tanto en mi vida. Y pasó, como Kovensky instaba a que dejemos que pase, que me volví a conectar con esa sensación de la infancia: el placer del instante en que el lápiz se desliza por el papel. A través de una serie de ejercicios, desde el simple retrato de modelo vivo hasta otras experiencias más bizarras, como dibujar cada mano con la otra (es decir, dibujar la mano derecha con la izquierda…), dibujar un retrato sin mirar la hoja donde estás dibujando, dibujar con los ojos cerrados, probar con distintos valores de la línea (líneas fuertes, líneas suaves), todo muy rápido, sin demorarse demasiado en cada ejercicio, pasando de uno a otro, Kovensky nos llevó a un terreno del puro hacer, inmensamente gozoso –aunque agotador-- que yo por lo menos agradezco, como una de las mejores cosas que te puede pasar. Recordé aquellos fines de semana perdidos con el Subbuteo.


Y Kovensky resultó, nomás, el maestro perfecto que estaba necesitando: “Lo principal de un dibujo no es lo que pasa después, es decir, el resultado, el juicio, etc., sino lo que está pasando ahora que estás dibujando”, dijo Kovensky. “Como me dijo una vez mi astrólogo: convencete, los errores forman parte de la vida. Es importante incorporar el error al dibujo. ¡El error es bárbaro! El error, digo, en el sentido de que lo que importa es el intento. Si no, la tensión de querer lograr algo, llegar a determinado resultado, te aleja de la posibilidad de fluir con lo que estás haciendo, de la actitud de estar ahí, simplemente, en la situación... mirar y dibujar”.


fotos (desde lo alto): 1. el Subbuteo; 2. la cancha del Club Eros, donde hicimos las pausas para el almuerzo durante el taller; 3. Kovensky explica; 4. Kovensky en acción, "editando" el trabajo de uno de los alumnos; 5. El cuaderno del maestro.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

hola andrés pasaba por el blog, te queria preguntar si viste la pelicula quien quiere ser millonario? filmada en la india y que te parecio. yo la vi el fin de semana y me parecio muy buena.
tamb preguntarte si al final vas a publicar lo q le mandé a josé sobre rama, bueno como siempre gracias
saludos...

Miguel.

Fotografías dijo...

Miguel: anoche la estábamos viendo (acá en casa, copia trucha...) con mi hijo Rocco, pero la cortamos porque noos pareció excesivamente miserabilista. ¡Yo pensaba que era un musical al estilo Bollywood! Igual, seguramente la retomaré (tal vez sin mi hijo) y ahí te digo. me interesaría también conocer la opinión de José, si es que anda chusmeando por acá...

respecto de tu carta, tengo que encontrar el tiempo para releerla. Como te dije la vez pasada, a mi me gustó mucho leerla, pero quiero ver si la puede llegar a entender alguien que no conozca todo lo que José, vos o yo conocemos.

abrazo

Andrés

Anónimo dijo...

Lindo post! Y qué ganas de dibujar!
LUCIO

Anónimo dijo...

ja si la verdad es dura(jaja rocco el protagonista de fotografias q grande el pibe!) pero me parecio q tiene un guión muy bueno... como se va dando, pero bueno en fin, no hay drama con lo de la carta y estaria bueno saber q piensa josé...
aproposito josé me paso el numero del socio de rama, lo llame para adquirir el libro q publicó antes de morir y hablando me comento si me gustaria participar en algun tipo de fundacion con todo lo q dejo rama, originales de guiraldes y cosas para publicar(yo contento) asique lo tengo q llamar en esta semana, no sabia q dejo como 7 libros mas para publicar, asi me dijo el amigo de rama, asique buenisimo sacando a la luz un giraldes desconocido.

Depo dijo...

Hola Andrés. Gracias por los recuerdos de aquellos gloriosos campeonatos de subbuteo. En efecto yo era Deportivo Lacroze, equipo con atuendo totlamente rojo, y solía salir por lo general en segundo o tercer puesto detrás de un tal Inter Belgrano...Había, sin embargo, un equipo de River en elcatálogo, no te acrodás??, pero para nuestra decepción venían con camiseta blanca con franja horizontal roja a lo Boca,en vez de la banda, y pantalones y medias negras. Abrazo

Fotografías dijo...

Gracias Lucio! Y sí, está bueno dibujar...

Miguel: qué genial cómo se van dando las cosas. Todo a partir de una comunicación via facebook y un post de José aqui. Quién lo hubiera dicho...

Y Depo (alias Klaus): ah! atuendo rojo! Liverpool, no? Me vuelven algunas cosas. Y sí, ahora recuerdo ese absurdo de que River estuviera en catálogo pero con la camiseta equivocada. A ver qué más vuelve... ¿Quién tenía la casaca de la Sampdoria? ¿Qué otros colores recordás?

Esos fines de semana de subbuteo eran gloriosos, en todo caso se agigantan en el recuerdo.

Anónimo dijo...

Andrés, no sabés qué emoción recordar el subbuteo. Yo y mis hermanos también crecimos en UK y ellos tenian varios equipos que no me dejaban ni tocar ni nada. Es cierto que la infancia no es el Edén pero quizás sea su memoria.
Saludos

(vi la nota en tu facebook, no sé si te acordás pero yo laburo en flacso y nuestros niños iban a circo hace años juntos, un beso)

Fotografías dijo...

Lo tuyo, Daniela, es el colmo del edén: el recuerdo de la ñata contra el vidrio es como la ensoñación de la ensoñación (si aceptamos que el recuerdo de la infancia no es nunca otra cosa que ensoñación...)

Pero me gusta mucho tu idea de que la infancia no es el Edén pero quizás sea su memoria.

¡Circo! La tierna infancia de mi hijo ya se empieza a desdibujar también en el horizonte de la memoria...

sí, me acuerdo! Como diría Fellini: Amarcord...

Reina dijo...

Mi asombro con Laura es que ella es mi hija menor! vos con lolita tenés todavía un buen rato de ensoñaciones de las más deliciosas por delante...

Depo dijo...

Andrés

La verdad no recuerdo quien usaba la de Sampdoria. Me acuerdo que Ricardo-Sporting Belgrano creo que se llamaba- tenía todo blanco a la Real Madrid/Leeds United. Uno de los Longarella usaba la de QPR que incluso tenía un jugador con el pelo rubio, que vos habías pinatado en honor a Rodney Marsh si no me equivoco. Era gracioso porque deciamos que, por ese motivo, era el único de los muñequitos que podíamos tener un registro exacto de los goles que hacía!! El otro mellizo usaba un equipo con camiseta amarilla y pantalones azules, ni idea a que equipo se suponía que representaba en la realidad. El otro outfit que me acuerdo es el de Lacroze Juniors, mi rival de barrio, que tenía una camiseta tipo Atl. Madrid/Estudiantes. No me puedo acordar los colores del equipo del gordo guille

Fotografías dijo...

Daniela: bueno, los hijos son un festival permanente, ¿no? A lo que me refiero es que, de pronto, pasó el tiempo y el nenito de seis años... ¿a dónde fue a parar? Es decir, la actualidad de los niños exige que el pasado casi inmediato caiga en el olvido con una velocidad que da vértigo.

Fotografías dijo...

Depo: la camiseta amarilla (con puños azules) y shorts azules, que si no recuerdo mal era la de Sport Cramer, de Héctor, el mellizo "malo" de aquel partido de visitante. El mellizo seguro la eligió por sus bajas pasiones bosteras, ¡pero era la indumentaria suplente de Arsenal! Por eso la tenía yo...

Lo de Rodney Marsh habrá sido un homenaje, más que a Rodney Marsh, a mi amigo Marc Henri, con quien íbamos siempre a ver a SU equipo Queens Park Rangers, por quien me quedó una eterna simpatía. Pero QPR se fue a la B o a la C. Y Marc-Henri, mi gran amigo de la infancia en Londres, cuando lo fui a ver unos años después, en mi época de Oxford, se había convertido en un militante fascista intratable... un chasco.

¡Pero gracias por el recuerdo del jugador rubio del equipo del mellizo!

Fotografías dijo...

Y ahora que lo pienso, me doy cuenta que el que usaba los colores de la Sampdoria... ¡era Marc-Henri! De hecho, solía pasar sus vacaciones en un lugar cerca de Génova (¿Genoa?) y era "hincha" de la Sampdoria. Una vez me invitó. Y lo que más recuerdo de esas vacaciones es que fuimos a ver un partido de la Samp.

Marc-Henri también hacía su revistita, cuyo modelo en este caso no era una revista tipo El Gráfico sino los programas de mano que en Inglaterra te vendían en la cancha. En este momento, puedo ver perfectamente en el recuerdo los dibujos de Marc-Henri, mucho más expresionistas que los míos, que eran más prolijitos. Marc-Henri tenía toda la mística futbolera inglesa del underdog, del equipo chico que de pronto tiene un día de gloria y le gana a un grande. Como QPR y, en alguna medida, Sampdoria. También recuerdo que era un poco tramposo y mal perdedor, aunque a veces te sorprendía con alguna actitud de nobleza inesperada. Era un tierno, a la vez. El padre era médico y recuerdo que tenía uno de esos cráneos de la frenología, con las distintas áreas del cerebro dibujadas. La Mamá era francesa, medio rara, supongo que también por eso se habrá entendido con mi Mamá, que por supuesto era la más rara de todas las madres del colegio.

Uy, voy a tener que escribir algo sobre Marc-Henri...

Depo dijo...

Ahhhhh cierto, la camiseta suplente del Arsenal, en aquella época por supuesto, ahora las cambian toodos los años. El mellizo que usaba el equipo de QPR era Hugo y su equipo se llamaba Echeverría Juniors. Que personaje ese Marc-Henri!!Si estas pensando en escribir sobre él, me acuerdo que alguna vez en tu casa de Londres presencié un partido de subbuteo que le ganaste y, como bien recordás, estaba a las puteadas con la derrota y se la agarró con un especie de alambrado que subbuteo traía para poner alrededor de la cancha. "Bloody railway track" me acuerdo que decía. Pero era bueno, a mi me ganaba más bien fácil. Es vedad que se volvió muy reaccionario a mediados de los 70 en la era pre-thachter apoyando a nacionalistas ingleses con discurso muy anti-inmigrantes, como Enoch Powell. De terror la verdad......

Fotografías dijo...

"Bloody railway track"! Mierda! Es como si lo estuviera viendo, Klaus!

Yo lo habré visto por última vez allá por el año 77, justamente cuando estaba empezando en Oxford. Fue una sensación muy fea, siniestra diría Freud, de ver a un amigo transformado en una especie de monstruo. O, simplemente, en un pobre infeliz que no querés volver a ver.

¿Vos también lo seguiste viendo por esa época?

Depo dijo...

Si no me equivoco, yo también estaba en su casa la última vez que vos lo viste aquel día de 1977. Me parece que habíamos ido los tres a ver un QPR-Arsenal. Cuando me fui a estudiar a Oxford, unos diez años después, estaba un día en Londres por la zona de St.Johns Wood cerca de la mítica Abbey Road y traté de ubicar su casa ya que me acordaba que vivía por ahí. La encontré, toqué la puerta pero no había nadie. Nunca más supe de él yo tampoco

Fotografías dijo...

Sé que no debería meterme en una discusión que tengo muy pocas probabilidades de ganar, pero me atrevo a desafiar tu clásico "si no me equivoco" (para los que no lo conocen a Depo alias Klaus, es "Mister Memory" en persona y suele decir "si no me equivoco" como forma de dar a entender que tiene los documentos probatorios en el bolsillo).

El QPR-Arsenal me parece demasiado mítico para el día que nos "peleamos", ya que Marc-Henri era fanático de QPR y yo de Arsenal. Me huele a construcción frreudiana... Sospecho que tu recuerdo es anterior. Estoy casi seguro que esa vez en el 77 fui a verlo yo solo, "si no me equivoco"...

Pero ya no confío demasiado en mi memoria.

Depo dijo...

Seguro que fui a ver un QPR-Arsenal con ustedes allá por el 77, vos ya no eras tan fanático de los gunners por aquel entonces,y que después fuimos a su casa. Sin embargo, no tengo recuerdos de una discusión política con él ése día, así que probablemente lo volviste a ver después

Fotografías dijo...

Ya veo que abandonaste la diplomacia y las buenas maneras del "si no me equivoco..."

Y habrá sido así como vos decís, nomás. Y ya que estamos: ¿cómo salió el partido?

girlontape dijo...

qué lindo relato andrés! texto + fotos, el pasado y el presente...yo tmb dibujaba, ahora no más...es verdad que llega a ser un ejercicio existencial...soltar el ego, dejar q fluya... "moment to moment" como dicen los actores.

Fotografías dijo...

Gracias Girl! Lo fascinante de la experiencia, fomentada desde el principio por Kovensky, es la de meterse en ese puro momento del lápiz que se desliza sobre la página y ahí, curiosamente, brota el pasado a borobotones, pero como un recuerdo actualizado, no sé cómo explicarlo.

Y con la complicidad de Depo (alias Klaus) --y seguramente para aburrimiento de todos los demás lectores del blog-- me metí directamente en el túnel del tiempo...

Fotografías dijo...

Aunque debo agregar que al menos UNA lectora, que no dejó comment pero me mandó un mail, dijo que le encantaron los comentarios y recuerdos de Londres. No se animó a dejar comment, eso sí, porque le pareció "cosa de varones"...

girlontape dijo...

jajajaj....si yo soy RE varonil :)

vos con un lapiz, marcel con la textura de una servilleta o el desnivel entre dos adoquines...para nada aburrido mon cher ami!

Fotografías dijo...

"No sé cuál de los dos escribe esta página".
-Andrés Di Tella, "Proust y yo".