Carta de San Pablo

por Darío Schvarzstein

En enero San Pablo es un león hervívoro. El tráfico se reduce considerablemente y la ciudad parece menos monstruosa de lo que la pintan. Pasé 18 días grabando artístas callejeros, grafiteros, artistas da rúa como algunos gustan y otros odian ser llamados. Lo cierto es que ellos mismos se consideran artístas y el mercado local e internacional también. De pintar paredes, algunos de los artístas más destacados de la escena local pasaron a trabajar para galerías en canvas, madera y otros soportes. Comenzaron a diseñar para marcas importantes de ropa alredeor del mundo y a pagar los trabajos gratuitos en los muros de Sao Paulo con el dinero que obtienen de ese nuevo status que el mundo del arte les brindó. De algún modo, en Brasil, los street artists pasaron a conformar una vanguardia que ocupa un lugar en los medios no especializados y aceptación en los vecinos. La anécdota es la siguiente. Dicen ellos que de unos años a esta parte, al pedirle autorización a alguién para pintar una pared les preguntan: "¿es colorido?". Si es colorido entonces sí.


Desde hace tres años se da una batalla entre los grafiteros y la prefeitura de Sao Paulo. Cuando salió la ley Cidade Limpa, empleados de la municipalidad pintan de gris encima de los trabajos de los grafiteros en una lucha contra la "polución visual" y los grafiteros intentan ganarle al gris dándole color a la ciudad.

Uno de los trabajos más significativos es el de Nunca. Francisco "kiko" Nunca tiene 25 años y es considerado uno de los grafiteros más importantes del mundo. Hace no mucho tiempo la Tate Modern de Londres lo escogió para que pintara un muro de 30 metros por 15 en el frente de la prestigiosa institución, junto a otros cuatro artístas entre los que estaban también Os Gemeos (hermanos gemelos paulistas, quizás los más destacados internacionalmente del brasil).

Para Nunca el gris con el que "apagan" sus trabajos es una ofensa que debe ser devuelta. Hace meses que pinta sobre los muros de la ciudad unos dedos cortados. Explica que la única forma de hacerlos dejar de pintar sería cortandole el indice con el que apretan las latas de aerosol.


Los artístas hacen además oir sus voces en los medios. Hace poco la municipalidad tapó un mural de 700 metros cuadrados en la Rua 23 de Maio y la presión de la prensa hizo que volvieran a convocar a los artistas involucrados y le pagaran por rehacer el trabajo.

El trabajo de Alexandre Orión (alexandreorion.com), por ejemplo, es una protesta contra la verdadera polución de Sao Paulo. Aquella que generan los millones de autos que circulan por la ciudad diariamente. Orión pinta calaveras en las paredes negras de los tuneles paulistas, convirtiendo los pasos subterráneos en catacumbas. Hace lo que el llama "reverse graffiti". Es decir, con un paño blanco limpia las paredes dándole forma a los cráneos. Lo interesante de ésto es que la policía intenta detenerlo pero cuando llegan él explica que está limpiando y, al no conformar ésto un crimen, deben dejarlo seguir. En 2008 la municipalidad decidió, gracias a su tarea, limpiar la polución acumulada en las paredes periódicamente con chorros de agua a presión.

Speto es un artista que viene del graffiti clásico, ligado al hip hop y a la movida que en los 80 introdujo esta cultura en Nueva York. Paulatinamente su trabajo se fue acercando a otras formas estéticas. Hoy trabaja en una línea cercana a la de los grabados que realizaba el artísta plástico brasilero José Borges en grabados sobre madera.


Boleta, como Nunca, antes de ser grafitero fue pixador. El pixo, la pixaçao, es un manera de tagging local paulista absolutamente original. Nació en los 60 con las críticas a la dictadura extendidas por las paredes de la ciudad y en los 80 se convirtió en una moda de rápido crecimiento para los jóvenes de la periferia paulista. La lógica es simple. Pintar el nombre propio o de la turma (el grupo al que pertenecen), con esas letras alargadas y carácteristicas, en los lugares más visibles e inalcanzables de la ciudad. Así, los pixadores trepan como arañas para llegar a los pisos más altos de los edificios del centro. Tanto así que es común ver en los primeros pisos de los predios alambres electrificados para impedir su acción. La pixaçao supone riesgo de muerte. No sólo el que implica trepar piso por piso hasta llegar a alturas inexplicales si no también el que supone el accionar policial. La policía persigue a los pixadores con brutalidad. Boleta sufrió ruletas rusas, pintadas con aerosol de sus cabellos y partes íntimas, golpizas y hasta lo dejaron colgado de pies y manos al vacío.

La pixaçao tomó otra dimensión recientemente cuando un grupo de jóvenes guiados por Rafael Pixabomb, decidió atacar la Bienal de Sao Paulo con sus aerosoles. Algún tiempo antes habían pixado la galería de street art "Choque Cultural". De este modo protestan contra el arte de mercado y reivindican la pixaçao como una forma de arte que merece reconocimiento. Estos pixos y otros que realizan contra graffitis en la vía pública abrió una nueva batalla entre pixadores (un sector reducido de ellos) y los grafiteros. El grupo que atacó la bienal tendrá en pocos meses un juicio por el que enfrentan cargos de hasta 35 años de prisión.

Titi Freak es otro de los artístas destacados en la ciudad. Hijo de japoneses, creció como persona y como artísta en la calles de Liberdade, el barrio oriental de Sao Paulo. Se inició como dibujante de comics. Llegó a diseñar cuadritos para la famosa revista de la Turma de Mónica hasta que encontró a los gemeos y comenzó a pintar en las calles. Es además uno de los presidentes de la asociación brasilera de Yo Yo.

Sus trabajos fueron mutando hacia unos rostros con aire de animé en los que sus ojos son la clave. Ojos sin pupila, gente sin alma, increíblemente colorida, se multiplican poblando su barrio. Freak pinta sin parar y tiene el dedo enviciado. Luego de una pintura free style clava un tag o escribe el nombre de su hijo recién nacido para ya darle visibilidad antes de que pueda pintar.

Hasta aquí mi reporte. Podés encontrar algunas fotos en mi flickr. flickr.com/dariope

Abrazo.

Darío

fotos: Darío Schvarzstein