viernes, 1 de mayo de 2009

Stanford (3)

Leonor Arfuch dio el "keynote address" del simposio de Stanford sobre The Personal Documentary: Espacio biográfico y memoria en la cultura contemporánea. A continuación, un extracto:

Si ésta es una época memorial, yo diría también que parece ser la época de las preguntas: preguntas sobre los padres para construir la propia identidad, preguntas sobre el pasado que se escurre en el devenir de los días, búsqueda de los sentidos de la vida y de esas vidas tan próximas y tan lejanas: en algún lado escribí que los padres son nuestros más entrañables desconocidos: el misterio de sus vidas siempre se nos escapa: hay secretos, cosas de las que no se habla entre padres e hijos, hay otras sobre las cuales nunca tuvimos el tiempo suficiente para preguntar, o nos fueron arrebatados antes de intentarlo, o fueron ya una pérdida antes de tenerlos, como en el caso de Albertina, María Inés, Mateo, Marco.

Y lo que parecen decir estas películas es que ese secreto –de la vida de los padres- nunca será develado. Por más que haya palabras –testimonios- que se superponen intentando un retrato, por más que haya libros, fotografías, discursos, anécdotas, objetos atesorados. La imposible narración de sí mismo –como diría Régine Robin- es también la imposible narración de los otros. Aunque a veces parecería que atrapamos la vida en un instante, en un gesto pícaro o melancólico, en un movimiento del cuerpo.

Me parece que la invención de sí y/o de un otro –que cada uno de ustedes intentó en estas obras- está lejos de la nostalgia, que tiene más que ver con la fuerza del recuerdo, con cierta energía de la recuperación del pasado y la apertura hacia el futuro aunque la tristeza de la pérdida –y la fisura de lo trágico- estén allí, de modo ineludible.

Creo también que cada uno se planteó no sólo el desafío temático de esa recuperación sino también el desafío estético: cómo contar, con qué procedimientos, cómo eludir el estereotipo –en definitiva, se camina siempre sobre terreno hollado- cómo sostener un relato sobre la historia personal –o construida desde un punto de vista personal- que resulte interesante –y no agobiante- para una audiencia difícilmente imaginable.

También ahí hay una tensión entre el documental más neto –obligado a dar cuenta de sus fuentes- y la subjetividad de la mirada, de los encuentros, de los afectos que están involucrados. Hacer memoria, hacer la historia personal, hacer historia: momentos de un camino que articula distintas etapas y universos, no siempre susceptibles de articulación: las obras que vimos dan cuenta de esa dificultad y de las diversas maneras de salvarla.
--Leonor Arfuch

3 comentarios:

Mariana Soffer dijo...

Perdon por expresar mi desacuerdo, pero no creo que esta sea una epoca de preguntas, mas bien creo que es una epoca en la que ya se sabe que las preguntas dirigen la respuesta, y que las respuestas no son posibles de ser halladas con la logica tradicional de la modernidad, hay que adoptar el paradigma posmoderno, en el cual estan implicitos las kdeas de la logica difusa (no existe respuesta correcta, ni tampoco porcentaje de correctitud) y tmmbien la tan nombrada y tan poco compprendida fisica cuantica, con la cual tampoco es posible resolver un problema, que parte desde una pregunta tradicional

Fotografías dijo...

Estás perdonada, Mariana. En un punto, tenés razón. Pero creo que sigue siendo válido hacer preguntas, y especialmente hacerse preguntas, tal vez porque intuimos que el interés, justamente, está en dar vueltas alrededor de las preguntas, sin esperar respuestas.

Como diría Beckett (una vez más):

¡Ah, las viejas preguntas! ¡Cómo me gustaban las viejas preguntas!

Mariana Soffer dijo...

Me gusto mucho lo de no esperar respuestas, creo que esta relacionado con eso lo que digo de aluna manera.
Genial la cita