Happiness is a Warm Gun de Thomas Imbach. Me decidí por esta película del suizo Thomas Imbach, uno de los "focos" de esta edición del BAFICI, porque la premisa me hizo pensar que podría tratarse de una versión o variación del cuento de Borges Deutches Requiem. La escueta información del programa de mano rezaba así: "En 1992, el general Gert Bastian asesinó de un disparo a Petra Kelly, activista del Partido Verde, y luego se suicidó. Radicalmente original, Imbach imagina lo que pasó por la mente de la mujer en el instante de su muerte" (sic). Después de la función, Imbach dijo que quería darle una oportunidad a Petra de "entender su propia muerte". Así, Petra, interpretada por la inquietante Linda Olsansky, demabula con un agujero en la sien (foto arriba) en el limbo de la zona de tránsito del un aeropuerto. Allí revive momentos de su vida, acompañados por extractos documentales tomados de la televisión de los años 80, cuando Petra Kelly fue fugazmente una figura mediática. Al mismo tiempo, discute con su asesino -y amante- por qué fue asesinada. La película de Imbach efectivamente pega una vuelta de tuerca original sobre el género de la biopic. Falla, sin embargo, al carecer extrañamente de toda emoción. El precio del barroquismo, tal vez. Igual, vale la pena ver. Me dejó pensando sobre uno de mis géneros predilecto, la biografía. De cualquier manera, cumplo con informarles que la que parece que hay que ver de Imbach es la última, Day is Done, que pasa por última vez mañana miércoles a las 15.45 en el Abasto.
-Andrés Di Tella
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1 comentario:
El cuento de Borges donde el universo físico se detiene es «El milagro secreto». El protagonista, Hladíck, solicita a Dios un año para concluir una obra dramática que había empezado a escribir antes de ser detenido y sentenciado a muerte por la Gestapo. Cuando se cumplió el plazo, concluyó mentalmente la obra.
Hace casi quince años, revisé «Deutsches Requiem» y «El milagro secreto» porque un amigo, Paulino Martínez, los había condensado en una memorable conversación que mantuvimos. Creo que la mezcla se produjo porque los dos protagonistas son condenados a muerte.
Sin embargo, Hladíck es lo opuesto al protagonista de «Deutsches Requiem», un nazi condenado por haber sido subdirector del campo de concentración de Tarnowitz. Otto Dietrich zur Linde explica su vida como una serie heterogénea de actos independientes y casuales. No para ser perdonado o justificarse, sino a modo de expiación.
En el relato que hizo mi querido amigo, el nazi ocupaba el lugar del judío. El nazi era el condenado judío de «El milagro secreto».
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