jueves, 9 de diciembre de 2010

¡Infames cristianos!


Entre los libros que leí últimamente está Estado y cuestión indígena. El destino final de los indios sometidos en el sur del territorio (1878-1930) de Enrique Hugo Mases, recién aparecido. Abrumadora compilación de datos precisos, difíciles de hallar en un solo libro, sobre “el destino final de los indios sometidos”, como anuncia el tenebroso subtítulo. Sin maniqueísmo, proporciona una síntesis muy clara de las distintas etapas de la “conquista del desierto”, diferenciando por ejemplo las distintas políticas de los ministros de defensa, de un Alsina (el de la "zanja") y de un Roca (el del billete de 100). Y detalles espeluznantes de la “distribución” de los indios, en la que se dividieron deliberadamente las tribus e incluso las familias de los indios sometidos. En una nota al pie, aparece este testimonio de un misionero salesiano, publicado en la época:

En la campaña de 1880-1881 y 83 contra los indios, los soldados robáronle todos sus rebaños; y si no mataban, contra el derecho de gentes, desmembraban las familias, incorporando al ejército sus hijos mayores y repartiéndose entre ellos, u ofreciendo en don a familias particulares a los más chicos, de suerte que dejaban solos al padre y a la madre sumergidos en amarga congoja y triste llanto. En el mismo pueblo de Patagones, viéndose un padre arrebatar a sus hijos por los soldados desalmados, ardiendo en súbito furor, echó mano de su último hijo, y lo estrelló contra las ruedas de un carro con tamaña violencia que por la rudeza del golpe, el cerebro, hecho pavesas salpicó el suelo, mientras a voz en cuello gritaba: "Infames cristianos ¡Este no lo tendréis vivo!"
(Boletín Salesiano, Buenos Aires, septiembre de 1895, Año X, No. 9 p.211)

fotografía: rodaje de El país del diablo de Andrés Di Tella

13 comentarios:

JL Cancio dijo...

Es una buena anécdota para contar en la mesa navideña. Tomo nota.

PMZZLO dijo...

Muy duro, che...

Fotografías dijo...

Cancio: sos un hdp irrespetuoso pero me hiciste reír!

AM dijo...

Los buenos, los malos y los indios. Otra versión delosechos.
http://autormat.wordpress.com/2009/07/11/apendice-ii/

Florencia Braga Menéndez dijo...

es tremendo! sabés que soy criolla, tengo alguna gota de Pincén navegéndome en la sopa eslava y vasca. Me obsesiona la historia de los indios sudamericanos, invisibilidad total de una tragedia rastreable y terrible.

Fotografías dijo...

Flor: Así que Pincén, eh? Un peleador. Qué raro...

¡tenés que ver mi película "El país del diablo"!

JL Cancio dijo...

Apenas un poco de humor negro, Andrés. Es que ya no nos podemos hacer bromas al respecto del torneo apertura.
Abrazo!

Fotografías dijo...

Estimado AM: revisé tu inetersante entrada, con la correspondencia Zeballos-Roca. No sé si sabés que yo hice una película, siguiendo, precisamente, el itinerario de Zeballos por "el país de los Araucanos", aka, "el antiguo país del diablo". Coincido con tu idea de que no hay que ser maniqueistas en estos temas. Lo sinisestro, en alguna medida, tiene que ver con que las personas como Zeballos, e incluso Roca, obraban con "buenas intenciones", pero su ideología les hacía difícil ver a los indios como seres humanos con derechos, etc. Y el grado de violencia de todo tipo al que fueron sometidas las comunidades indígenas es indecible. La escena narrada en el post es apenas un minúsculo episodio. En fin, es un tema largo y complejo. Me encantaría conocer mejor tu punto de vista.

Fotografías dijo...

Los hechos de estos últimos días, en el parque llamado "Indoamericano", con la ola de veneno racista que se desató, sólo vienen a dar urgencia a esta cuestión "del otro".

AM dijo...

Muchas gracias Andrés por dedicarle tantas buenas líneas a mi insignificante participación. Fuerzo el argumento para llegar al grano: ni buenos ni malos. En todo caso, Geopolítica y Mercados creo que son los nombres de las claves a seguir para reconstruir ese pasado. Sigo en este tema a Mandrini, Halperín Dongui, Viñas y por supuesto a Zeballos, intelectual brillante más denostado que leído. Arribo así al inefable centro de mi relato.
De paso, nuevamente, mis felicitaciones por la UTDT. Mis informantes solo hablan bien de ella.

Lucio dijo...

Uau

Tommy Barban dijo...

Che, pobre nene ¿no era más fácil que se tirara abajo del carro el viejo?

Firbinski dijo...

Tremenda cita. Recuerda más de una escena en los textos del siglo XVI, como en el poema de Ercilla, donde la araucana Fresia arrojó a su hijo al verse afrentada por la captura de su esposo, el toqui Caupolicán, diciéndole: "que yo no quiero título de madre / del hijo infame del infame padre" (canto XXXIII). El salesiano pudo ser buen lector de "La Araucana", como también lo fueron los padres de la patria chilena, quienes bautizaron con nombres indígenas del poema a los batallones que derrotaron a los mapuches.
Mil gracias por el dato del libro de Mases. Va un abrazo grande.