El secreto de sus ojos de Juan José Campanella acaba de ganar el Oscar de la Academia de Hollywood a la Mejor Película en Lengua Extranjera. Para celebrar la ocasión, vuelvo a publicar un diálogo con mi hijo R, en el bar El Coleccionista, en frente de Parque Rivadavia.
Después de Death Proof de Quentin Tarantino, The Killing de Stanley Kubrik y Blade Runner de Ridley Scott, que quedaron sin crónica (por vacaciones), el cineclub con R continúa con un poco de cine nacional.
-Este café se llama “El coleccionista”. ¿Sabés por qué?
- …
-¿Sabés cómo empezó la movida del Parque Rivadavia?
-Hace cien años, sólo vendían jueguitos para la Play y después empezaron a venir los libreros y los tipos que juegan al ajedrez…
-Ja ja. No. Todo empezó con un mercado de estampillas. Y venían los coleccionistas de estampillas. No sé si existen todavía, ni los coleccionistas ni las estampillas. Vos seguro que ni sabés qué son las estampillas.
-Sí, como en Nueve reinas. Las “nueve reinas”, ¿no son estampillas?
-Muy bien, R. ¿viste que el cine para algo sirve?
-Sí. Nueve reinas te enseña de estampillas y de cómo ser un chorro.
-Efectivamente. Hablando de Nueve reinas, ¿qué te pareció la película de ayer?
-Es muy parecida a Nueve reinas. Pero Nueve reinas es menos larga. Quiero decir, no se me hizo nada larga y ésta sí.
-A mí la película me pareció bastante buena pero puede ser que el plot sea medio retorcido. No sé si terminé de entender todo. Vos, ¿de qué dirías que se trata?
-Un tipo medio loco hace mierda y mata a una mujer. Y otro tipo, que era el marido de la mujer, medio loco también, se venga. Y lo caga porque, en vez de matarlo, lo tiene encerrado durante años. Y ni le habla, para que el tipo solo pueda pensar en lo que hizo.
-Tiene razón R –acota la mamá-. Eso es de lo que se trata en el fondo. Y de alguna manera está diciendo que es lo mismo violar y asesinar que encarcelar, como si la justicia fuera una venganza.
-No sé… Pero, en todo caso, esos tipos no son los protagonistas. El protagonista es Darín.
-¿Quién es Darín?
-El tipo que investiga.
-Ah, Espósito.
-Sí, Espósito. Se llama Ricardo Darín. Es el actor más famoso de la Argentina. ¿Sabés qué quiere decir “espósito”?
-"Es… po… si…" Esa es la mejor escena de la película, cuando el juez le va dando pistas para que Espósito adivine su propio nombre.
-Puede ser también una forma que tiene el director para hacernos pensar en el significado del nombre.
-¿Y qué quiere decir?
-Algo así como “niño abandonado”. El “hospicio de los expósitos” era donde iban a parar los niños que la madre o la familia no querían. ¿Viste como en esas películas que una mujer deja al bebé en la puerta de una casa?
-En esa cosa rara.
-Se llama el “moisés”. Otro día te cuento de dónde viene el nombre.
-Sí, eso está en todas las películas con niños. O sea que, según vos, Espósito es un niño abandonado.
-Es como si fuera un niño abandonado. Y el nombre de pila es Benjamín. En una familia, se le dice el “benjamín” al hijo más chiquito. Es como si tuviera algunas de las características de un niño abandonado, o del más chiquito. Por ejemplo, como un niño, no puede tomar decisiones por su cuenta. Pero, bueno, ¿qué le pasa a Espósito?
-Nada.
-¿Cómo nada? Es el protagonista de la película.
-Pero tiene razón R. –dice Cecilia-. No le pasa nada.
-Bueno, pero el tipo se obsesiona con ese caso y, después de 25 años, sigue obsesionado. Y está enamorado de la mina pero no se anima a decírselo. Eso le “pasa”.
-Pero eso, si no lo dijeran en el diálogo, no se notaría.
-Puede ser. Pero la película, justamente, ¿no se trata de eso? ¿de que el pasado nunca deja de existir?
-Sí, Darín es alguien que vive en el pasado –dice Cecilia. -Igual que el marido de la muerta.
-En eso la película me parece sincera. Por lo que lo conozco, Campanella también es un tipo que vive en el pasado. O, por lo menos, alguien para quien el pasado no ha terminado. No es lo mismo, ¿no? Yo lo conozco hace muchos años, ¿sabés R?
-¿Es tu amigo?
-Bueno, para mí es un amigo, aunque la verdad que ahora nos vemos poco y nada. Pero en una época éramos bastante amigos. Lo conocí en los años 80, cuando él vivía en Nueva York, donde está hace casi treinta años. Ahora va y viene. Se fue a estudiar cine allá y se quedó. Quería hacer películas en Hollywood. Pero le costó mucho. Llegó a hacer una película, pero no una de Holywood, sino una chiquitita, independiente, The Boy Who Cried Bitch. En realidad fue un encargo raro, de parte de una mina que era actriz y que había escrito la historia original. Una relación medio tortuosa, por lo que recuerdo. Y eso se nota en la película, para bien y para mal. Campanella trató de darle un toque personal suyo, pero creo que sólo lo logró a medias.
-No era muy buena -dice Cecilia.
-No era muy buena, pero tenía algo.. Después, hizo una película en inglés, pero en realidad se trataba de una producción argentina, hecha para el mercado americano.
-Esa no la vi.
-Love Walked In. Era un policial, basado en una novela de José Pablo Feinman. La verdad, era una cosa medio híbrida. Esos negocios rara vez salen bien. Lo curioso de Campanella es que el tipo vivía en Estados Unidos y, durante muchos años, ni siquiera quiso volver de visita a la Argentina. Pero, al mismo tiempo, vivía obsesionado con la Argentina, con las cosas de su pasado. A mí me pedía que le grabe programas de radio en cassette y que se los lleve allá. Te preguntaba por boludeces de la Argentina. No sé, como si viviera en un país imaginario, que se alimentaba de ciertas informaciones, pero que no se animaba a confrontar con la realidad de la Argentina, de lo que es vivir y trabajar en la Argentina.
-Era medio enfermizo –dice Cecilia. –Me acuerdo, cuando lo conocí, nos contó una historia de que él y otro amigo habían salido con unas chicas argentinas y que había sido un desastre. Pero me acuerdo de la frase: “Al final, me voy a casar con cualquier chica que me diga Che”.
-Ja ja. ¡Y se casó nomás con una! Mientras tanto, Campanella empezó a trabajar de director en la televisión americana, en algunas series, ya no me acuerdo cuáles. Pero ahí adquirió mucha experiencia dirigiendo actores, contando historias con gran economía de recursos. Y eso lo ves en sus películas. Nadie acá sabe tanto de eso como él.
-El secreto de sus ojos es como un episodio largo de La ley y el orden –dice Cecilia-. Lo digo como fan de esa serie.
-Yo no veía casi nunca esas cosas, pero recuerdo que él me enseñó a apreciar el arte narrativo de una serie como LA Law, por ejemplo. Cómo los tipos te contaban en 25 minutos tres historias re complejas, cada una con su dilema moral, que se planteaba y se resolvía en 5 escenas.
-Para que te des una idea, R -apunta Cecilia-, Campanella ahora dirige Dr. House, por ejemplo.
-¿En serio?
-Sí. También dirigió La ley y el orden, incluso Los Soprano, que muchos consideran una de las grandes series de la historia de la televisión.
-O sea que antes, cuando hacía peliculitas como las tuyas, eran amigos, y ahora que es un grosso no se ven más…
-Je je. Puede ser que haya algo de eso. Igual, cuando él empezó a dirigir televisión allá, eso no tenía el cachet que tiene ahora. Pero, en todo caso, lo que te quería contar es que, al final, Campanella resignó su sueño de Hollywood y se decidió a hacer una película en la Argentina, para el público argentino. Y ahí, para mí, encontró el camino.
-¿Esa cuál fue?
-El mismo amor, la misma lluvia. Si no me equivoco, se trataba de un viejo guión abandonado que volvió a agarrar, un proyecto imposible, poco comercial, la acción trascurría a lo largo de veinte años. También se trataba de cómo lidiar con las viejas obsesiones... ¡en realidad, no sé si no era igual a El secreto de sus ojos! ¡Y los protagonistas eran los mismos, Ricardo Darín y Soledad Villamil! Y ahí le empezó a ir bien. Me acuerdo que estuvimos juntos en el festival de Valladolid cuando ganó el premio del público con esa película. Campanella no se lo esperaba. Acá no había tenido críticas muy buenas. Lo habían rebotado en varios festivales. Pero la película no era nada mala, aunque irregular. Después, sí, vino El hijo de la novia, un éxito absoluto, acá y, también, en España. Esa recuerdo que la vi en una de las primeras funciones privadas, en Metrovisión, un estudio. Te puede no gustar ese tipo de cine, pero de alguna forma, es una película perfecta. Yo lloré y reí en todos los momentos que había que reírse y llorar. Por eso mismo, justamente, no le gusta a alguna gente.
-¿Por qué? Eso es ridículo. ¿No les gusta porque es perfecta?
-Exactamente, no les gusta porque es perfecta, demasiado perfecta. Para ser totalmente sincero, yo mismo me identifico más con un tipo de cine que no ejerce un efecto tan determinado sobre el espectador, que te deja pensar un poco más por tu cuenta, que te permite desplegar tus propias emociones. Un cine imperfecto, si querés, menos efectista. Pero al mismo tiempo sé que lo que hace Campanella no es nada fácil, no creo que yo lo pudiera hacer.
-Obvio.
-La verdad que lo admiro. Y me causa gracia cuando los críticos snobs lo consideran grasa o un bruto, cuando yo sé que el tipo tiene una cultura cinematográfica increíble, que conoce como nadie el cine clásico de Hollywood, por ejemplo. De hecho, creo que vi todas sus películas, incluso las que no vio nadie, desde un primer largo, filmado en super 8. Pero me faltaba ésta que, no sé por qué, me perdí cuando se estrenó. Era casi una excentricidad no haber visto “la película que vieron más de dos millones de personas”. Pero me puse al día. Y si con esta, tal vez su película más "argentina", llega a ganar el Oscar, sería un final feliz digno de Hollywood...
-¿Vamos? -dice R, un poco distraído ya, pensando seguramente en probar los jueguitos de la wii que se compró en Parque Rivadavia.
-Andrés Di Tella
foto: Juan José Campanella, con Soledad Villamil y Ricardo Darín, durante el rodaje de El secreto de tus ojos.
15 comentarios:
Mi hijo, pichón de chauvinista, pidió que le avisáramos cuando le tocara al "premio de Francella" y predijo "gana la argentina". Al final preguntó si había que ir a festejar al obelisco.
Uh, vengo del festejo en el obelisco. ¡Qué noche, Teté!
yo sigo esperando el post sobre Death Proof... (todavía no la vi)
COMENTARIOS ANTERIORES:
girlontape dijo...
Amo Death Proof.... amo El Secreto de sus ojos!! Actuó un ex vecino mio - hace de uno de los amigos barfly del personaje de Fanchella - y le pregunté cómo fue trabajar con Campanella.
Me dijo "Para nosotros los actores, es un director fantastico. Además sabe contar una historia - cosa que la mayoría de los directores de acá no entienden en lo más minimo."
Y, por supuesto: soy fan de todas las series que mencionas en este post. Como espectadora, como guionista, como cineasta.
11 de febrero de 2010 14:24
Anónimo dijo...
genial el diálogo!!! El secreto de los ojos es una de las mejores pelis argentinas de los últimos años, mal que les pese a "algunos"...
Queremos más dialoguitos de cineclub!
LUCIO
11 de febrero de 2010 14:59
r dijo...
muy buen diálogo!
también creo que "El Secreto..." está más en la linea de "El mismo amor..." que de "El hijo..." y de "Luna..."
(muchos puntos suspensivos, no?
saludos!
11 de febrero de 2010 19:01
girlontape dijo...
amo a "Luna..."
11 de febrero de 2010 22:45
Oscar Cuervo dijo...
Entro para discrepar:
- que una película es perfecta si te hace reir y llorar en los momentos en que hay que reir y llorar: habría que revisar el concepto de perfección, porque quizá sea un concepto imperfecto. Al perro de Pavlov sabían cómo hacerle salivar. El timbre que le hacían escuchar sería por ende la obra musical perfecta.
- que Campanella "sabe" contar una historia, de lo cual se desprendería que el cine (el arte?) es una cuestión de saber. Idea imperfecta del cine, ya que para saber están las ciencias, como lo había explicado muy bien Platón, que de esa premisa llegó a la conclusión de que en la República ideal no había que dejar entrar a los poetas y que la República tenía que ser gobernada por Los Tipos que Saben. ¿Se está proponiendo eso para el cine?
- que el cine es cuestión de saber "contar una historia". Para eso no hace falta el cine. Las palabras cuentan historias con mucha mayor eficacia, con precisiones en las conjugaciones verbales (el pretérito perfecto del subjuntivo y esas cosas) que el cine no tiene modo de resolver. Si el cine es para contar historias, abría que hacer como propone Platón en la República: echar a todos los cineastas de la ciudad y declarar como única contadoras de historias a las abuelas (que SÍ Saben Contar Historias).
- de la película de Campanella, además de sus complejos personales con la argentinidad y con las mujeres que dicen "che" hay cosas que no me quedaron muy en claro: ¿por qué el tipo se pone a investigar el asunto, se obsesiona con el caso y después, cuando ve que el presunto asesino fue encerrado por la presunta víctima, se olvida del caso y va a declarársele a la mina. ¿Eso era todo? ¿La obsesión por la justicia era nada más que el pretexto para levantarse a la mina? Esa parte Campanella no la supo contar. Tampoco supo contar esa parte donde el tipo es encontrado culpable por mirarle las tetas a la mina. ¿Esa parte no es un poquito rara?
Yo mi inclino a pensar como C y como R, que Campanella "sabrá" contar una historia, pero que en este caso no se sabe qué nos estpa queriendo contar.
salute
12 de febrero de 2010 02:48
Oscar Cuervo dijo...
"abría" lleva hache. Lo que pasa es que el cine de Campanella no abría.
12 de febrero de 2010 02:50
ILURIA dijo...
No ví el Secreto..., pero una amiga mía acá en Barcelona, dependiente de farmacia y espectadora gozosa del cine en general, me dijo que la pelicula era "perfecta". Y que un tal "Franela" (supongo que será Franchella) era un actor sublime. Esa comunión entre la opinión de mi amiga y Andrés me conmueve de alguna manera. A esta peli no me la pierdo.
Fotografías dijo...
Bueno, gracias a todos por expresar interés en estos "dialoguitos" que son como un experimento...
Empiezo por el que "discrepa", Oscar. En primer lugar: bienvenida la discrepancia, si es tal. Tal vez sea una oportunidad para aclarar posibles malentendidos.
No sé si es necesario recordar, ante todo, que no se trata de una "crítica" ni nada por el estilo sino de una conversación con mi hijo de 12 años, con las películas que vemos como pretexto. Ese es el contexto para tener en cuenta. Y vemos películas con las que R pueda "dialogar".
Creo que tenés razón, Oscar, en alguna de las preguntas que te hacés respecto del argumento y las motivaciones del personaje de Darín. Sin ir más lejos, las mismas preguntas aparecen en la conversación. Yo mismo digo que el plot es un poco retorcido y que no terminé de entender todo. Y son cuestiones de fondo que, en la conversación, tal vez Cecilia exprese en forma más nítida que yo.
La cuestión de si Campanella sabe "contar" y si ésto tiene mérito -o algún lugar- en el cine, ya es otra discusión. Yo creo que sí sabe como pocos -dentro de cierto tipo de cine que no es todo el cine, obvio, y eso también está dicho- y que, como realizador que soy, admiro esa capacidad, que se expresa en una compleja ecuación de qué sucesión de planos encadenar, con qué ritmo, con qué iluminación, con qué actuación, con qué diálogo, con que contraplano y cuándo poner el contraplano, etc etc etc. Una "ciencia", sí, que pocos directores en nuestro medio manejan con la maestría que la maneja Campanella.
Tampoco dije que "El secreto" sea una película "perfecta", como interpreta Iluria. Sí dije que "El hijo de la novia" es de alguna manera una película "perfecta" pero en seguida aclaré que para algunos puede ser DEMASIADO perfecta, en el sentido pavloviano que dice Oscar. Y que yo, personalmente, me identifico más con otro tipo de cine. Pero no puedo -ni quiero- dejar de reconocer las virtudes del cine de Campanella.
Respecto de la actuación de "Franela", coincido que es "sublime". De verdad.
Continuará...
(con muchos puntos suspensivos como le gusta a al comentarista llamado "r")
12 de febrero de 2010 13:34
girlontape dijo...
El secreto... tiene dos tramas: la de amor y el policial. El detective atrapará al malo? El detective se juntará con la jueza? Ambas cierran. Es una narrativa clásica, ata todos los cabos.
Y la escena de como logran la confesión del violador me pareció genial por que es la mujer la que la maneja, de paso demostrando su coraje.
Además es psicologicamente satisfactoria por que, quantas veces las mujeres hemos soportado ese tipo de mirada, sin poder hacer nada para comprobar que la motivación es siniestra?
El violador es el enemigo numero uno y la pesadilla de toda mujer, y me encantó que Campanella le dio la tarea de desenmascararlo al personaje femenino.
Es una escena onda Law & Order, otro clásico de la narrativa policial.
12 de febrero de 2010 14:42
girlontape dijo...
pd. coincido con Fotografías: el de Campanella no es el cine que más me rockea, pero dentro de su género y su estilo es muy muy logrado, lo disfruto y lo respeto.
12 de febrero de 2010 14:48
Oscar Cuervo dijo...
Vale la aclaración, Di Tella, es cierto que se trata de u diálogo y no de una crítica. Pero también, se puede ir viendo cómo con los comentarios posteriores se va creando un consenso acerca del saber de Campanella, de "algunos" a los que les molesta una de las mejores "pelis" argentinas del los últimos tiempos y todo empieza ya a tener un tufillo raro, acerca de la perfección, el saber y esos "algunos" que no saben apreciar este tipo de destrezas. Como parace que en los dialoguitos C y R no estaban muy de acuerdo con las presuntas virtudes de esta película Campanella, me pareció que era bueno expresar la voz de esos "algunos" que no saben reirse cuando en las películas de Campanella hay que reirse y llorar cuando hay que llorar. Las objeciones que yo hago a esos puntos un poco oscuro del relato apuntan a preguntar que es "saber contar una historia", cuando su destreza es distractiva.
Me pregunto qué quiere decir Girl on tape cuando elogia que las dos tramas "cierran" como en las narrativas clásicas. Lo que no cierra es el vínculo entre ellas, porque si la película plantea la obsesión de Campanella pór la historia argentina no se entiende qué es lo que cierra la trama del asesino y su carcelero y cómo lo cierra. Si, como vos señalás, la película narra la obsesión de Darín (Espósito) por ese caso, no se entiende por qué al ver la situación de cautiverio el personaje se desentiende de esa presunta obsesión. Es inquietante pensar que a campanella le dé lo mismo contar una historia de crímenes de estado, impunidad y derechos humanos tan solo para hacer reir y llorar a la platea en los momentos adecuados, como si fuera un recurso simplemente ganchero. ¿Es entonces la historia argentina una obsesión genuina para Campanella o un condimento más de su pastiche entretenido?
Igual de peligrosa me parece la escena del escote en el interrogatorio policial. Girl on tape la interpreta como una reivindicación de género. A mí me parece una horrible escena apremio policial que usa la condición femenina de un modo demagógico. Parece que mirar un escote te convierte en un psicópata asesino. ¿Eso es saber contar una historia?
Quizá este tipo de recursos para manipular la emoción de los espectadores sin que ellos se pregunten por el sentido de lo que se está contando y que se salga elogiando que todo "cierre" sea un tipo de destreza que se encuentre con frecuencia en las series norteamericanas citadas.
Entonces sólo quería expresar mi disidencia, como integrante de esos "algunos" a los que en el debate se señaló con cierto desdén.
salute!
12 de febrero de 2010 18:55
girlontape dijo...
Cuervo vos seguí tranquilo preguntandole a terceros las razones de mi pensamiento
12 de febrero de 2010 21:07
Oscar Cuervo dijo...
Girl:
muy tranquilo no estoy, como dice Charly ¿y por qué habría de estar?
Ahora si pregunto en un debate abierto es para todos los que participan y no para "terceros".
Si pregunto "qué quiere decir Girl" en un debate en el que vos participás, ¿no es una pregunta para vos? ¿Había una manera más clara de formular la pregunta y al destinatario?
salud!
12 de febrero de 2010 22:40
Fotografías dijo...
Che, ¡cuánta susceptibilidad a flor de piel! Uno que se molesta porque se siente aludido por el "algunos", otra que se molesta porque no le hablan en la segunda persona del singular...
Creo que las preguntas que hace Oscar son pertinentes. Creo que, de hecho, si releyeras el diálogo, verías que algunas ya aparecen allí. Pensá que, dentro del petit theatre del diálogo, hay que tomar en cuenta TODO lo que se dice, no sólo lo que dice el personaje "papá"...
13 de febrero de 2010 12:53
claudio caldini dijo...
sobre el cine narrativo clásico sólo se una cosa: no son las historias las que producen imágenes sino las imágenes las que producen historias.
13 de febrero de 2010 18:33
Oscar Cuervo dijo...
El autor ha eliminado esta entrada.
13 de febrero de 2010 19:18
Oscar Cuervo dijo...
Versión corregida de un comment que mandé con errores:
Andrés:
estoy de acuerdo con lo que decís, de hecho yo dije al principio que quería alinearme con algunas de las frases que dicen R y C, en los reparos que deslizan. Entonces mi intervención responde más bien al petit consenso que se había armado en los comments, que sólo elogiaban el "saber" de Campanella y pasaban por alto esas intervenciones de los otros personajes del diálogo.
Concuerdo con Claudio: incluso las películas narrativas clásicas que persisten en nuestra memoria son aquellas que se sostienen en imágenes poderosas. Cito a Godard:
"olvidamos...
por qué precisa razón
el gobierno norteamericano
contrató a Ingrid Bergman
...pero
nos acordamos
de una hilera de botellas
de un par de anteojos
de una partitura de música
de un manojo de llaves
porque con ellos
y a través de ellos
Alfred Hitchcock logró
allí donde fracasaron
Alejandro, Julio César
Napoleón
tomar el control
del universo".
Y si eso vale para el cine narrativo clásico, imagínense lo que puede ser cuando es imposible seguir siendo clásicos.
El cansancio que me produce el latiguillo acerca del supuesto clasicismo que "sabe" contar una historia no proviene de este post, al que considero encantador, sino de la instalación de ese lugar común, con ese anhelo tardío de volver a un lugar en el que nunca se estuvo.
saludos a todos
13 de febrero de 2010 19:20
Fotografías dijo...
Maravillosas líneas de Godard, Oscar, que evocan el misterio del cine. Pero el misterio del cine está justamente en esa paradoja a la que, creo, apunta Godard: esas historias que olvidamos -y que solo dejan unas imágenes- en algún momento nos tuvieron hechizados.
Coincido también que, en torno de la película de Campanella, se ha armado un discurso odioso y brutal sobre lo que el cine nacional debería ser. Y que, por supuesto, hay otros modos de hacer cine e, incluso, de "saber narrar". Basta pensar, por ejemplo, en la sabiduría narrativa del comienzo de "La mujer sin cabeza" de Lucrecia Martel. Pero, por eso mismo, no tiraría "el bebé con el agua sucia del baño".
girlontape dijo...
Es cierto Claudio lo que decis, pero sí creo que hay directores que son escritores primero, su proceso pasa por la trama antes que la imagen (Lucia Puenzo)
Para mi la narrativa clásica es tan valida como la experimental, es decir, a mi me gusta el rock y a otro el jazz, ambos son validos, Martel gran artista.
14 de febrero de 2010 04:52
José Rivarola dijo...
Hola, aquí en España el mismo día que van a entregar los Goya y uno de los posibles ganadores es “El Secreto de tus Ojos”.
He disfrutado del dialogo y he aprendió del debate, Cuervo-Girl
Sin embargo la definición de Claudine es el cine que me gusta.
Dos comentarios sobre el Secreto de Tus ojos:
A) No creo que se trate de un coraje de mujer ni tampoco que mirar el escote te convierta en psicópata, sino que en el modo de mirar, ella vea q los mismos ojos de la foto que tenía el novio y que Esposito descubre la psicopatía en ese modo de mirar. Tal vez haya varios secretos en varios ojos, que no sean precisamente los ojos del amor
B) No me trago que tengas que buscar un tipo en pleno partido de Racing y que encima lo encuentren ¡eeehhhhhhh! Bueno, a veces para pasarla bien en la platea hay que hacer vista gorda.
Me gustaría un dialogo y debate sobre una obra muchísimo mas sublime como es “La Cinta Blanca” de Michael Haneke, venga Andrés, la espero.
14 de febrero de 2010 13:16
girlontape dijo...
pero qué genial ese plano de Campanella con la cam en el aire llegando a la cancha!
hay otro ej en el cine, en Garage Olimpo cuando atrapan a un disidente en pleno partido.
La mujer demuestra coraje cuando el psycho homicida se le tira encima, el detective quiere protegerla y ella dice No, lo sigue toreando hasta sacarle la confesión. Come on muchachos no sean mezquinos
14 de febrero de 2010 14:50
girlontape dijo...
re el "debate odioso" que decis Andres me hiciste acordar de este Bertrand Russell: “A stupid man's report of what a clever man says can never be accurate, because he unconsciously translates what he hears into something he can understand.”
Suerte que Godard no tiene la ceguera antiyanki al pedo sino no existiría Alphaville, ojalá a ningun cineasta argento se le ocurra reinterpretar el western ni el noir.
Ya que estamos por qué no tirar abajo el rock nacional, claramente en deuda hacia los imperialistas del norte.
Suerte que Almodovar reconoció a Martel, junto a Gaspar Noe y a Sapir la cineasta más grande que ha dado este país en mucho tiempo.
14 de febrero de 2010 15:37
claudio caldini dijo...
Andrés, hablando del parque Rivadavia... ¿conocés el libro de Julián D'Angiolillo? http://www.elnuevomunicipio.com.ar/desplaza_2.htm
14 de febrero de 2010 17:58
girlontape dijo...
jorge gaggero otro super cineasta, en fin, mi super heroina Catherine Breillat dice que hacer cine pasa por las entrañas no por la escritura, enjoy
14 de febrero de 2010 21:22
Fotografías dijo...
A mí también me gusta la carne y el pescado, como a girlontape. Al mismo tiempo me gusta del cine aquello que señalaba Truffaut: todo el mundo tiene dos profesiones, la propia y la de crítico de cine.
El "discurso odioso" (que no "debate") al que me refiero es el que busca imponer el "modelo Campanella" como la vara para medir todo proyecto cinematgráfico. El periodista Pablo Sirvén expresó hace poco esta posición, que se impone desde varios lados con la fuerza del sentido común:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1230338
Juan Villegas se tomó el trabajo (insalubre) de contestarle:
http://www.otroscines.com/columnistas_detalle.php?idnota=3852&idsubseccion=11
14 de febrero de 2010 23:54
Fotografías dijo...
Entre paréntesis, GOT, ¿cómo hacés para linkear desde los comments?
14 de febrero de 2010 23:55
Fotografías dijo...
Claudio: entré en el link que pusiste, a propósito del Parque Rivadavia, y me encantó lo que vi, aunque no termino de entender bien de qué se trata. ¿Psicogeografía?
14 de febrero de 2010 23:58
Fotografías dijo...
Hola José, bueno verte por aqui. Dónde estás? Ibiza? "La cinta blanca" todavía no la vi. Pero, ¿será apta para menores?
15 de febrero de 2010 00:19
claudio caldini dijo...
Andrés, es "Biogeografía", se puede descargar en pdf el 1er capítulo. Julián me regaló un ejemplar, después te lo paso. Libro documental de artista. El año pasado hizo una instalación de audio y video a tres pantallas en la exposición dedicada a Carlos Thays.
Yo tambien quiero linkear desde comments!
15 de febrero de 2010 01:15
José Rivarola dijo...
Estoy en Ibiza disfrutando de un frío espantoso y llovizna helada. Supongo que lo de “apto para menores” será por los menores que actúan en esa película, elegidos tras un casting de 7000 infantes. "La Cinta Blanca" es un ejemplo del cine visceral unido al narrativo y si me apuran intelectual y cruda. O tal vez esté por encima de eso. Su fotografía en blanco y negro es para editar un libro con esas imágenes. Es una película muy fuerte sobre la maldad pero el que aprecia el buen cine sale contento a pesar de la barbaridad del tema. Si la están dando en Buenos Aires no te la pierdas Andrés.
Bueh, me está dando la sensación inquietante de fan, que me recuerda a Girl
15 de febrero de 2010 06:00
Anónimo dijo...
Al fin! Estaba extrañando los diálogos.cinéfilos-paterno-filiales.
Y ahora materno también, ya que se integró Cecilia
La saga familiar se amplía en participantes.
Yo también coincido con las impresiones de R y la muy oportuna acotación de Cecilia sobre la peli de Campanella. Considerando sobre todo la impresión que le causó a R. Fijate que para él, el meollo amoroso Darín- Villamil no lo toma en cuenta y resume el film en una historia de venganza. Y que se pueda homologar venganza con justicia es lo mas grave de El secreto. ¿Por que cerrar el film sin siquiera con una “duda” en el personaje de Darín despues de lo c lo que ha presenciado?. Tan luego un personaje hasta ese momento preocupado por la aplicación de justicia
Dicho esto, deberé volver a ver la peli, porque el ruido interior sobre la postura de la peli me quedó dando vueltas por mucho tiempo. También reconozco que el pulso narrativo de Campanella es muy efectivo y hay muchas cosa que están narrativamente más que bien. Y que incluyen como decís vos desde el encuadre hasta los actores iluminación, tempos, etc. Pero ese final cómplice – y en “la Argentina de la inseguridad” y el pedido de justicia por mano propia dando vuelta diariamente por los noticieros- me parece muy peligroso.
Me gusta al menos que R lea que hay dos tipos “medio locos”: el asesino y su vengador. Y no que el vengador sea para él el tipo que hay que aplaudir. Bueno, eso daría una ambigüedad al final, pero no todos lo leen como R. No al menos los que aplaudían en el cine de Lavalle un sábado a la noche la escena en que Rago le dice a Darín: “Usted dijo perpetua”.Y ahí la peli que hasta ese momento me tenía atrapado se me fue literalmente al carajo. Con respecto al cine de Campanella vi hace años El niño que gritó puta, una peli muy oscura que no prefigura para nada el Campanella posterior ¿O sí? El secreto termina siendo oscura.. Muy oscura.Y sigo queriendo con mucho afecto El mismo amor, la misma lluvia, a la que si la memoria no me me falla, llevé a Toulouse cuando trabajaba para el festival.
No coincido con Girlontape en cuanto a la reivindicación de género en la escena del interrogatorio (otro ruido).
Bien por incluir el link de la respuesta de Villegas a la horrible columna de Sirvén,
PD. Quedaron anotaciones de las charlas post Blade Runner, The killing y Death Prof?.Las leeremos algún día?? Sobre todo me interesan las de Death Proof.
Abrazo a R y beso a Ceci.
Alejandro Ricagno
Fotografías dijo...
Claudio: me interesa mucho lo de Julián D'Angiolillo y la biogeografía. La palabra "psicogeografía" la usa otro escritor que me gusta mucho, Iain Sinclair, que describe el tejido de historias -personales y ajenas- que hay detrás de sus recorridos por Londres. Materia para alguna nota futura, tal vez...
16 de febrero de 2010 12:47
Fotografías dijo...
Desde aqui, José, el "frío espantoso" de Ibiza igual suena seductor jaja...
Aún no se estrenó por aqui La cinta blanca. Muchas ganas de verla. "Caché" y "La profesora de piano" me gustaron, no sé si eso me convierte en "fan"... Lo de "apta para menores" se refiere, simplemente, a que las películas del "cineclub con R" deben ser aptas para menores, aunque con algunas de las cosas que ve empiezo a perder noción de qué es apto y qué no...
16 de febrero de 2010 12:52
julieta dijo...
a mí también me interesa saber qué opinan de Death Proof.
16 de febrero de 2010 12:56
Fotografías dijo...
Qué lujo de lectores, che. Un placer leer tus comentarios, Ale. Como ya te dije, saber que estás ahí esperando estos dialoguitos viene a ser una de las motivaciones para publicarlos aqui. Me encanta cómo tomás totalmente en serio lo que dice R.
Lo que me gusta de tus comentarios -y lo que hace extrañar tus críticas (¿o estás publicando en algún "medio"?)- es el equivalente de esa "bio-geografía" o "psicogeografía" de la que hablábamos recién con Caldini. Cada idea está respaldada por una vivencia y entra en una cadena sentimental de recuerdos y una red afectiva. Y todo eso en un simple "comment"...
De las películas de las vacaciones, no anoté nada. Pero "Death Proof", R la vio 2 veces y dice que la quiere volver a ver, asi que en cualquier momento...
Mientras tanto, esta noche: Lost...
16 de febrero de 2010 13:00
Fotografías dijo...
OK, Julieta, vamos a ver qué podemos hacer por vos...
"A pedido del público"...
16 de febrero de 2010 13:33
Anónimo dijo...
No sé por qué pasó tan desapercibida "Death Proof" si es una de las mejores de Tarantino. "Death Proof" + "Bastardos sin gloria" = el mejor Taranto.
LUCIO
16 de febrero de 2010 13:36
julieta dijo...
tal vez porque hay unas chicas un tanto aguerridas que no son para nada el modelo de feminidad que se pretende que una mujer sea. es sólo una hipótesis. yo no la vi todavía. sólo he leído un par de reseñas. (es interesante imaginar qué habrían dicho los críticos si la película la hubiera hecho una mujer).
Oscar Cuervo dijo...
De Death Proof se han dicho tonterrías como que, dado que las chicas cometen un acto de venganza por mano propia, es la película feminista de Tarantino. ¿Qué no se hubiera dicho si fuera al revés? Yo creo que la celebración de la venganza es fascista cualquiera sea el género del vengador.
Curioso que Quentín haya hecho después de su peor película (Deat P), su mejor: donde además el extraordinario final se ditancia de la exaltación de la venganza.
16 de febrero de 2010 18:39
JL Cancio dijo...
Hola Andrés.
Dos cosas.
1- Que placer da ver actuar a Kurt Russell en Death Proof. Si sos admirador del viejo Snake Plissken, te recomiendo la peli Dark Blue.
2- "Franela"... de lo mejor que leí en los comentarios, lejos.
Salud
17 de febrero de 2010 04:03
Pérez García dijo...
El autor ha eliminado esta entrada.
6 de marzo de 2010 17:45
Pérez García dijo...
Acabo de ver "El secreto de tus ojos".
Y después me revisé los 40 comentarios.
Y me pone contenta que concuerdo con casi todo el mundo: La cita de Godard (antes de llegar a ese comment) había pensado en buscarla porque quería ponerla! así que un lujo y un disfrute este post.
La película a mi me gustó. ¿Que si me parece mejor o peor que La mujer sin cabeza? Me parece que es como lo del pescado y la carne, quizás Campanella sea una narrativa más fácilmente digerible y Martel haya que quedarse sentado después del bife de chorizo, pero son extraordinarias ambas por infinidad de motivos.
Ahora bien: Creo que la narrativa clásica de Campanella se "expone" a la crítica de una manera también más popular, como su cine. A Martel el que la quiere reventar, como el benemérito y espeluznante Boyero, directamente la defenestra, la insulta en su totalidad, no dice "en la secuencia tal o cual...". Y no porque la peli de Martel no contenga "errores" que seguramente si los buscamos se los podremos encontrar, sino porque entrás o no entrás, "pertenecés o no pertenecés", que se yo. Es un tipo de cine muy específico que gusta mucho a determinada gente y a otra nada.
Ya retomo: Decía que el cine de Campanella (o, mejor dicho, esta peli en particular) se expone a la crítica de todo tipo, y están los que lo destripan desde lo estrictamente narrativo (el tipo se encuentra con semejante dilema moral y solamente se le ocurre comprar flores), y los que lo desprecian por algo cuestiones más ideológicas (tomar la represión como una anécdota, que si un tipo le mira las tetas a alguien es culpable de violación, y otras)
Ahora a mi me parece que hay un problema de montaje entre el descubrimiento del zulo, el papelito en el que falta la "A" y la visita a la jueza final. Es cierto. Y ese problema salta PORQUE el resto de a película es un puto reloj, todo está milimétricamente controlado y no sobra ni falta nada, narrativamente hablando.
Es muy difícil hacer La mujer sin cabeza, por supuesto, pero creo que es el producto de una mirada artística muy particular. Martel fue mejorando, cada vez le sale mejor según mi parecer, pero te gusta o no te gusta, es indiscutible.
En cambio con Campanella, ay! Él suda la camiseta, un artesano, un tipo que logra hacer un reloj pero que antes era asistente relojero y antes arreglaba sifones, y del trabajo y la gota gorda le sale una película "casi" perfecta.
Yo daría un dedo del pie (ya que se citó a Taran) por tener el talento de Martel. Pero me siento muy empática con el intento de Campanella. La cosa de la impunidad en el ascensor con el asesino es brutal. Las caras de ellos. El cuelgue con el que el tipo le mira las tetas a ella. El anticlímax de la entrada de Franela borracho y que la jueza retome después del "ustedes están locos". No cualquiera puede hacer una secuencia así. Yo, por lo menos, no sabría ni por donde empezar. Ah! Y el personaje de Franela (ya lo sabía bien Cancio, como casi todo).
Y finalmente: Quién dijo que Expósito se olvida del asunto del confinado? La va a ver a ella, vale, para estar juntos, pero se supone que no le va a contar nada? Y que harían esos dos con esa información? Por favor muchachos, es como si las películas tuvieran que contar todo. La película termina en un punto, pero la historia podría seguir. Uf, al final ni siquiera sé lo que escribí.
Saludos
Lupe
Muy bueno el relato! Y el Bar del Coleccionista es de mis lugares favoritos, uno de los pocos que aun sirve una amable picada incluida con la cerveza.
Querido cineasta bloguero Andrés Di Tella Apparao
Tu blog, entre los pocos que estoy leyendo es el más divertido y el más didáctico. Sobre todo tiene algo que yo nunca hubiese pensado ni esperado, la oportunidad de encontrarte en un raro mundo virtual, donde cada tanto te hago una visita con un comentario y tú me contestas y parece que estamos otra vez con un cerveza y con ravioles en el restaurante del club Belgrano. Y eso no sabes lo bien que me deja . El internet es todavía para mí un incomprensible mundo en el que habito cada tanto y en el que amigos como tú aparecen en palabras y yo les voy pintando la cara y la risa porque escucho las voces. Me gusta, repito, meterme en algunos de tus comentarios porque además encuentro otra gente que no conozco y te contestan. Por ejemplo a la Gril fan de Camapanella le hice ya la cara, y tú ¡que cabrón! diciéndole a la pobre que el Goya era grasa.
Pero ahora he perdido el hilo de mi cuenta y la última que me metí fue en la de los pájaros, soy ese que dice José y cuenta la primera vez que vio la peli en Mendoza.
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