lunes, 19 de enero de 2009

secuencia


por Alejandra Almirón

Durante un tiempo concurrí a un psicoanalista al que tuve que dejar por ser muy bueno. Me dijo muchas veces algo que no comprendí del todo: "el oficio que elegiste no es otra cosa que una consecuencia de tu neurosis".

Cambié de terapeuta y no logré descubrir qué patología me convirtió en editora o mejor montajista, que es una palabra con más volumen y lo asocio con máquinas grandes, como una locomotora o una ensambladora de autos.

Hace muchos años conocí el edificio donde funcionaban los laboratorios Alex. En los pasillos y sótanos había toda clase de objetos abandonados que habían formado parte de una supuesta época industrial. Ví por primera vez a las moviolas, bastantes destartaladas, que lucían misteriosas e intimidantes.

Supuse que para operarlas se necesitaban al menos dos cualidades que yo no tengo: reflejos y coordinación. Nunca sabré que tipo de relación se establece con una moviola. ¿Te da más tiempo para pensar? ¿Se puede con ella hacer infinitas versiones de una secuencia?

Sí sé de mi relación con el Final Cut. Se apropia de mi estructura mental y no existe cosa que no pueda estar dentro de un timeline. Lo que sueño está dentro de su interfaz o las cosas que veo en la calle o las conversaciones que tengo ocasionalmente, ocupan tracks, se funden, se separan, se mezclan en líneas, se producen sobreescrituras, arrastres, sustituciones. Quizás la tecnología, tan veloz, se lleve de maravillas con las asociaciones de ideas y las intuiciones. Por ahí te resta disciplina, quién sabe.

¿Escuchamos cuidadosamente a los directores?
¿Nos apropiamos de sus relatos?
¿Por qué no somos guionistas?
Pensándolo bien, todos los editores debemos ser un poco autistas.

Cuando me dedico a mis proyectos pienso: "ni loca dejo que uno de estos sujetos se meta con mi película". ¿Exagero un poco? No lo creo y te digo: "nunca confíes del todo en ellos o directamente no confíes".

Me acuerdo otra vez de mi ex psicoanalista y su acusación.

Negro con placa: "cuando tenía siete u ocho años".

Toma secuencia. Plano general. Una niña con unas tijeras, corta las viñetas de varias historietas, las mezcla, las agrupa, la mayoría son eliminadas.

Los cuadraditos que sobreviven son pegados en una cartulina, formando una secuencia.

Alejandra Almirón es cineasta. Dirigió El tiempo y la sangre. Hizo el montaje de mis películas El país del diablo, Fotografías y La televisión y yo y el de muchas otras, entre ellas Los rubios, Yo no sé qué me han hecho tus ojos y El café de los maestros.


11 comentarios:

cecisz dijo...

muy buen texto!

Fotografías dijo...

escritura de montaje...

Fotografías dijo...

Me gustó especialmente esto, así de pronto:

Negro con placa: "cuando tenía siete u ocho años".

Alejandra Almirón dijo...

gracias por vuestros coments !

recortar historietas fue un autoboicot ya que no me querían comprar revistas caras para que las rompiera y así nació la pulsión tijeritas, que no llega muy lejos con los directores que dan la vida por sus planos, pero yo insisto.

Fotografías dijo...

"directores que dan la vida por sus planos"...

me hizo recordar aquel viejo chiste gorila:

Perón desde el balcón les dice a sus workers: "Voy a poner a prueba vuestra lealtad. Tiraré desde el aqui esta pluma y al que le caiga encima deberá entregar su vida en sacrificio al movimiento".

Y los workers que gritan:
¡la vida por Perón! - ¡fiuuu! (soplan para arriba)
¡la vida por Perón! - ¡fiuuu!

Algo de lo mismo les pasa a esos directores...

Fotografías dijo...

Igual, la escena de Alejandrita con las tijeras recortando las historietas "caras" (las mejicanas supongo) está muy buena...

Alejandra Almirón dijo...

aquí están estos son, los planos del director !!!
(chiste malo)

mi fantasía de niña era que mi mamá se casara con el dueño del puesto de diarios (frente a mi casa) y así heredar todas las revistas

Fotografías dijo...

jajaja

me hiciste reír (no con el chiste sino con la fantasía de heredar todas las revistas...)

Anónimo dijo...

Qué lecturas recomiendan sobre montaje? Gracias!

Lucio

Fotografías dijo...

"El arte del montaje" de Walter Murch: un libro de conversaciones con el novelista Michael Ondatje que es muy bueno justamente porque se trata de un diálogo con un escritor, no con un periodista de cine. La conversación, entonces, va más allá del cine y, al mismo tiempo, no deja de ser muy específica.

Walter Murch es toda una leyenda del montaje: estuvo hasta hace poco en el país editando la película de Coppola y tuve la suerte de conocerlo.

Hay otro librito del mismo Murch: "In the Blink of an Eye" traducido como "En el momento del parpadeo: un punto de vista sobre el montaje cinematográfico".

Otros?

Alejandra Almirón dijo...

Sí los de Murch son muy recomendables porque no son aburridos libros de gramática cinematográfica, sino que hablan de experiencias y reflexiones muy personales. Pero si la intención es leer teoría, los de Eisenstein valen. Pero si la intención es ponerse a montar nomás, mejor es ir al cine y tener una vida facil.