martes, 7 de octubre de 2008

Princeton Documentary Festival (3)

Unas fotos en la ciudad de Sylvia de José Luis Guerín. Guerín: "El formato del cuaderno de apuntes, del esbozo, permite que la película la tenga que completar el espectador en su cabeza, que es donde en realidad se producen las películas".

Luis Ospina, Ricardo Piglia y Edgardo Cozarinsky escuchan a Guerín. Ospina: "La primera vez que tuve una cámara en las manos, a los 12 años, filmé todo cabeza arriba, al revés. Y seguí así..." Ospina me pasó una copia de su película, Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos, que hizo sobre su amigo Caicedo, el escritor colombiano de culto que se suicidó a los 25 años. Por coincidencia, Cecilia había recibido de regalo un libro de Caicedo, con la sola condición de que debía pasárselo a otro lector una vez leído, como en una especie de cadena. Ospina me pasó otros libros de Caicedo que él mismo editó: sus cartas, un libro sobre cine y un libro de cuentos. Ya circularán por Buenos Aires de mano en mano entre sus cultores...

Edgardo Cozarinsky y Silvia Molloy. Molloy está escribiendo sobre las "ficciones del regreso". Dijo que le interesó especialmente Fotografías porque, de alguna manera, se trata del regreso a un lugar en el que yo sólo había estado imaginariamente, a través de mi madre.

One Man's War de Edgardo Cozarinsky. La charla de Cozarinsky se tituló "Mentiras públicas, ¿verdades privadas?". Cozarinsky: "Los noticieros de la Francia ocupada son la mentira pública, evidentemente. Pero la voz privada del escritor Ernst Junger, aunque observa lo que sucede con sensibilidad y cierta sinceridad, no deja de mentirse a sí mismo sobre su propio grado de compromiso, ya no como observador sino como cómplice de lo que está sucediendo, en la medida que integra el gobierno de ocupación. Pero del conflicto entre esas dos mentiras y del conflicto entre las imágenes y la palabra, surge una especie de verdad".

Nouzeilles y Cadava. Nouzeilles sobre Cozarinsky: "Esos primeros planos congelados en el fluir de la película, esos rostros aislados que se recortan de la multitud, nos evocan la singularidad de la figura solitaria, irreducible a cualquier generalización". Cadava sobre Guerín: "¿Qué significa amar una imagen? ¿Y en qué medida amar puede significar otra cosa que amar una imagen? ¿Será posible amar otra cosa que no sea una imagen?"

José Luis Guerín me filma mientras yo le saco una foto. Guerín hizo Unas fotos en la ciudad de Silvia absolutamente solo, con su camarita, grabando video pero usándola como cámara de fotos. Ahora está haciendo otra película, del genero "libreta de apuntes", sobre sus viajes por el mundo, de festival en festival. Me preguntó si me parecía una buena idea ir a filmar a Wall Street, en medio de la debacle financiera. ¿Se verá algo especial? Seguramente habrá ejecutivos llorando por la calle, dije. Guerín me preguntó si podía ayudarlo a encontrar a Jonas Mekas, el pope del cine experimental americano y director del Anthology Film Archive de New York. Por otra increíble coincidencia, que en realidad no lo es tanto, esa mañana yo había estado leyendo un artículo sobre Mekas en el libro de su amigo P. Adams Sitney, que es profesor de Princeton. El encuentro con Mekas se produciría el lunes, cuando yo ya estaba en vuelo hacia Madrid. Me hubiera gustado estar...

Consuelo Lins y Karen Gonzalez. Lins: "El espectador del documental quiere creer. Lo que consigue Coutinho en Jogo de cena es confundir al espectador, al mezclar testimonios reales de mujeres que respondieron a un aviso en el diario con los mismos textos interpretados por actrices. ¿Quién es la que está actuando? No siempre lo sabemos. Pone en crisis los mismos adjectivos que se han usado sobre los documentales de Coutinho: auténtico, verdadero, espontáneo. Y no es una reflexión a posteriori sino que es una experiencia que se produce al ver la película: como espectadores, nos vemos obligados a renunciar al deseo de saber qué es real y qué no. Y esto va a contrapelo de la falsa sensación de "poder" que experimenta el espectador-voyeur de la televisión, donde en un reality show puede incluso elegir quién se queda y quien debe irse. Esos reality shows, justamente, igual que los noticieros de la televisión, ocultan la manipulación y pretenden que todo lo que nos muestran es real y verdadero. Con Coutinho, nos tenemos que hacer una pregunta que podemos hacernos sobre cualquier otra cosa que estemos viendo en una pantalla: ¿qué estoy viendo? ¿La realidad? ¿Una manipulación?"

Unas fotos en la ciudad de Sylvia. ¿Documental? ¿Ficción? Según Guerín, las fotos son de la realidad, pero el que narra es un personaje de ficción. Pienso que no sería una mala definición de mis propios documentales, donde el personaje de ficción...

soy yo.

No hay comentarios.: