jueves, 15 de diciembre de 2011
Diario de Montevideo
Mientras proyectaban Hachazos en el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo, donde tuvo lugar una retrospectiva de mis películas en el marco de Atlantidoc, aproveché para pasear por el insólito Parque Rodó. El museo, diseñado en los años 70 por Clorindo Testa, convive armoniosamente con un parque de diversiones, un lago artificial con puentes y botecitos, varias canchas de tenis de polvo de ladrillo, un edificio modernoso (años 50) perteneciente a la Universidad de la República, un estadio de fútbol profesional, un paseo de esculturas, bancos a la sombra con lectores de periódicos, una cancha de bochas de dimensiones olímpicas y una arboleda preciosa. Todo en un encantador estado de ligero deterioro, muy montevideano.
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1 comentario:
¡qué lindo!
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