lunes, 9 de mayo de 2011

Feria del Libro

Aspecto del auditorio Adolfo Bioy Casares, ayer, a la hora de comenzar la presentación de El cine de lo real, del que escribí un capítulo. Era el último domingo de la feria y, fuera de nuestra sala, el predio de la Rural estaba que reventaba. Entre las multitudes inverosímiles que daban vueltas entre libros, cientos de mujeres hombres y niños hacían una cola interminable para ingresar a una sala vecina (¿Borges?) donde se anunciaba al gurú televisivo Claudio María Domínguez. Se ve que "el cine documental" sigue siendo un poco piantavotos. La charla empezó, al final, media hora más tarde, cuando habíamos llegado a contabilizar unos 26 heróicos concurrentes, que a nuestros agradecidos ojos venían a ser como aquellos 36 hombres justos de quienes depende la suerte del universo según la tradición mística judía.

Aqui me dedica un ejemplar María Dora Mourão, crítica brasileña (aunque nacida en Uruguay) que editó el libro junto con Amir Labaki, director del festival de documentales más antiguo de sudamérica, E tudo verdade (Sao Paulo). María Dora organiza, dentro del festival, una "conferencia internacional do documentario" que reúne a críticos y cineastas, brasileros y extranjeros. Allí compartí una mesa hace unos años con Michael Renov, uno de los más importantes teóricos del cine documental contemporáneo. (Aquella ponencia, unas notas apuradas, se transformó en el ensayo "El documental y yo", que conoció su primera versión -en portugués- en la edición original brasilera del libro que hoy se traduce aqui, dentro de la prometedora colección de Colihue A oscuras que dirige Ana Amado). En la presentación de ayer, acompañados por Amado y Carmen Guarini, nos preguntábamos por la vidriosa cuestión de "qué es un documental". Arriesgué que una de las definiciones posibles del documental -por qué podemos definirnos como documentalistas- es simplemente la de pertenecer a una tradición. Y que una dimensión fundamental de esa tradición, que va de Flaherty a Godard, pasando por Dziga Vertov y Jonas Mekas, consiste en discutir precisamente qué es un documental. Por eso mismo, tal vez, la reflexión teórica cobra para nosotros documentalistas una pertinencia, un carácter necesario, que pocos directores de cine de ficción reconocerían (y, hay que decirlo, muy pocos honorables miembros del público...)
-Andrés Di Tella

6 comentarios:

Juan Manuel Giaccone dijo...

Me hubiera gustado estar ahí. Saludos.

Anónimo dijo...

"El cine de lo real" es también una buena definición.
¿Se consiguen ejemplares en librerías? ¿El Lenin de la tapa es un fotograma?

Fabián

Anónimo dijo...

Uh, que lástima que no me enteré...
Avisá la proxima con antelación...
Asi hubieras sido 37... no se si con eso se desequilbra el número de justos.. pero seguro sí le número de amigos...
Abrazo
Ale Ricagno
el performer de las bibliotecas perdidas

Nancy Castellano dijo...

Andrés:
Este texto es excelente!. Gracias por compartirlo. Te felicito por el estilo y te agradezco por compartirlo. Ante tanta reivindicación del saber hacer de la práctica apostar a la reflexión teórica es cuando menos esperanzador. Saludos. Nancy "eso mismo, tal vez, la reflexión teórica cobra para nosotros documentalistas una pertinencia, un carácter necesario, que pocos directores de cine de ficción reconocerían (y, hay que decirlo, muy pocos honorables miembros del público...)"

Fotografías dijo...

Te habríamos recibido con los brazos abiertos, JM!

Fabián: "el cine de lo real" es un buen término, de hecho hace años existe un festival de documentales en Paris que se llama así: Cinema du reel. Pero, ¿por qué tirar el bebé (documental) con el agua sucia de la bañadera (la tele)?

Gracias, Nancy.

Anónimo dijo...

Pispiando editoriales me encontré con que colihue habia sacado por A oscuras Colihue imagen libros sobre cine. Inmediatamente compré "cine y filosofía", pero otro me llamó la atención "El cine de lo real", como inevitablemente iba a suceder volví la semana siguiente y lo compré. Mi idea era la de poder asistir a la charla del domingo, no sólo porque (también) me hubiera gustado un autógrafo de Mourao, sino para acercarme a la situación actual del documental.

Respecto al texto "El documental y yo" me resultó muy interesante como planteás el camino que fue tomando el papel del director dentro del documental mismo, que es innegable su presencia y la interacción con lo filmado.

En la actualidad creo que uno de los problemas del género radica en una tendencia a poner el documental en un estereotipo de cómo debería ser, sin dar cuenta ya sea en la variación o en el progreso que tiene la misma forma del documental.

me gustó mucho el texto.
saludos
Lucía