domingo, 1 de noviembre de 2009

Diario de Cali 5

Por las calles de Cali, desfile de motos "difrazadas" para Halloween, en este caso de OVNI.

El simpático dúo dinámico de occiotv, que cubrió todo el festival "en vivo", con laptop y webcam siempre a cuestas, por todos lados, con el don de la ubicuidad propio de herederos de Quintín Lame.

Luis Ospina, director artístico del festival, en la vereda de Lugar a Dudas, coolísima galería de arte barra cineclub, donde se exhibían en una pantalla a la calle, como instalación, los 840 minutos de Petroleo Crudo de Wang Bing. Los transeúntes pasan indiferentes al último grito del mundo festivalero. Además de muestras, proyecciones e instalaciones, la galería cuenta, en los fondos, con estudios/habitaciones para artistas en residencia. "El riesgo es que te quieras quedar", como reza la publicidad que incita al turismo en Colombia.

Matías Meyer, director mexicano, jura haber presenciado un corte/cambio de plano en la película de Wang Bing.

Oscar Muñoz, el gran artista colombiano que el art world descubrió en la Bienal de Venecia de 2007, es el factotum detrás de Lugar a Dudas.

En Proyecto para un memorial (2005, 7:40 min.), el trabajo que Muñoz presentó en Venecia, aparecen proyectados, simultáneamente en cinco pantallas, rostros que la mano de Muñoz dibuja, con agua, sobre un asfalto caliente, en un día de verano. Se trata de retratos de personas que el artista encontró en los anuncios necrológicos de los periódicos, en la ciudad de Cali, donde vive. Como el pavimento está tan caliente, los rostros comienzan a desaparecer, a evaporarse, a los pocos segundos de ser dibujados.

Muñoz diseñó el afiche del festival de Cali. También presentó un flipbook, que rescata las únicas imágenes sobrevivientes de la primera película rodada en Colombia: María, de Alfredo del Riestro y Máximo Calvo (1921). Son 25 segundos mágicos de unos jinetes vadeando el río Cauca.

Muñoz -hasta en la sopa- también fue el responsable del diseño de los nuevos billetes de 50.000 pesos, los de máxima denominación de la moneda colombiana.

Probé el aguardiente colombiano: sin querer herir susceptibilidades nacionales, hay que decir que se trata de una bebida repugnante con gusto a anís.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Casa Occio dijo...
gracias... que bonito comentario... esa es la raza a la que pertenecemos

Anónimo dijo...

aguardiente por favor!!!