por Guillermo Ueno
Hace unos meses recibí la revista Les Cahiers Purple donde publicaron un trabajo que me propuso Elein Fleiss, su editora. Desde 2003 colaboro en los distintos formatos Purple pero esta es la primera vez que me siento expuesto, tal vez por eso no les dije a quienes elegí entrevistar que la revista ya estaba en circulación, por verguenza seguramente, escribo sobre gente cercana y admirada y quizás me sienta un poco adulón y torpe. El fin de semana Andrés me muestra la revista que consiguió en su viaje a Londres, leo en el blog de Cecilia un comentario al respecto, Paco la vio en el PS1, entonces me decido a publicar mis biografías en castellano, la traducción al inglés quedó un poco malherida. Debe tener en cuenta el lector que las historias están contadas para un público que desconoce absolutamente lo que sucede en estas hermosas playas, por eso cierto aire didáctico simulando a la Enciclopedia Salvat.
Florencia Molina y Vedia
Horacio me presentó al fotógrafo Carlos Caputto en 1992, me dijo que podía interesarme lo que hacía, yo comenzaba a estudiar fotografía luego de abandonar Comunicación Social. Carlos me invitó a su cumpleaños casi sin conocerme, al llegar a su casa me atiende una mujer que no conocía, ella tampoco, escucho que le preguntan quién vino y responde por lo bajo, no se, un chino. Este fue el primer encuentro con Florencia, en el cumpleaños de gente grande como le dije a un amigo, tienen como 40, sospecho que me voy a aburrir. Entendí por primera vez cómo era el mundo en el cual estaba entrando, gente cantando en el jardín, jovenes bailando otra música, niños corriendo, fue el primer encuentro con artistas, yo venía de otro lado.
Al poco tiempo falleció Carlos y la relación con Florencia se intensificó, ir de visita a su casa era y sigue siendo de los momentos más felices, estrictamente hablando, si se considera artista a alguien que tiene una obra visible, Florencia no lo es, pero si como yo prefiero, artista es quien irradia una energía que transforma lo que rodea sí lo es y de los mejores, uno llega a su casa y se relaja, hay otro clima.
Hace unos meses recibí la revista Les Cahiers Purple donde publicaron un trabajo que me propuso Elein Fleiss, su editora. Desde 2003 colaboro en los distintos formatos Purple pero esta es la primera vez que me siento expuesto, tal vez por eso no les dije a quienes elegí entrevistar que la revista ya estaba en circulación, por verguenza seguramente, escribo sobre gente cercana y admirada y quizás me sienta un poco adulón y torpe. El fin de semana Andrés me muestra la revista que consiguió en su viaje a Londres, leo en el blog de Cecilia un comentario al respecto, Paco la vio en el PS1, entonces me decido a publicar mis biografías en castellano, la traducción al inglés quedó un poco malherida. Debe tener en cuenta el lector que las historias están contadas para un público que desconoce absolutamente lo que sucede en estas hermosas playas, por eso cierto aire didáctico simulando a la Enciclopedia Salvat.
Florencia Molina y Vedia
Horacio me presentó al fotógrafo Carlos Caputto en 1992, me dijo que podía interesarme lo que hacía, yo comenzaba a estudiar fotografía luego de abandonar Comunicación Social. Carlos me invitó a su cumpleaños casi sin conocerme, al llegar a su casa me atiende una mujer que no conocía, ella tampoco, escucho que le preguntan quién vino y responde por lo bajo, no se, un chino. Este fue el primer encuentro con Florencia, en el cumpleaños de gente grande como le dije a un amigo, tienen como 40, sospecho que me voy a aburrir. Entendí por primera vez cómo era el mundo en el cual estaba entrando, gente cantando en el jardín, jovenes bailando otra música, niños corriendo, fue el primer encuentro con artistas, yo venía de otro lado.
Al poco tiempo falleció Carlos y la relación con Florencia se intensificó, ir de visita a su casa era y sigue siendo de los momentos más felices, estrictamente hablando, si se considera artista a alguien que tiene una obra visible, Florencia no lo es, pero si como yo prefiero, artista es quien irradia una energía que transforma lo que rodea sí lo es y de los mejores, uno llega a su casa y se relaja, hay otro clima.
Me gusta ir a su casa y escuchar, a ella y Juan, su hermano contar historias familiares, sospechan que una tía fue amante de Unamuno, Don Julio su abuelo intentó organizar la primer comunidad anarquista con el escritor Macedonio Fernández en una isla del Tigre hacia 1900, años de exilio en Londres y Milan, haber conocido los comienzos del rock argentino y haber hecho Psicoanálisis experimental con LSD, inventarse otra forma de vida, sobretodo con un humor muy elegante. Cada tanto, en alguna de sus cenas de lentejas, locro, empanadas y vino, viene de visita Celia Guevara, la hermana del Guevara más famoso, arquitecta brillante quien una vez al consultarle algo sobre Niemayer me contestó, Ah, ese sólo construye para los ricos.
Alberto Goldenstein
Con Ana y un grupo de amigos nos reuníamos los domingo en su casa de san telmo a ver fotografías y charlar, estábamos comenzando a intentar vivir de lo que nos gusta, a dejar de trabajar en oficinas o restaurantes, un día lo compartimos con una chica que era Sicóloga y Astróloga quien miraba en silencio las fotos de cada uno y al finalizar nos dijo uno a uno nuestro signo del zodíaco. En estas reuniones conocí a Alberto Goldenstein, fotógrafo ya reconocido, en ese momento estaba comenzando a organizar la Fotogalería del Centro Cultural Ricardo Rojas, el espacio más libre de la fotografía argentina, fue él quién comenzó a despojar de su pesadez y aburrimiento comunicativo a la fotografia, muy criticado y atacado durante esos años pudo mantenerse e inventar su público, entre ellos yo que creo haber aceptado el traspaso de algo, de una forma de pararme en el mundo tal vez. Sus último 3 trabajos, entre 1994 y 2009 forman uno de los cuerpos artísticos más importantes de Argentina.
Siempre es extraña y traumática nuestra relación con el afuera, con la cultura de otros países, uno entiende el arte solo con artistas de Europa, Estados Unidos, Japón, con famosos de los centros económicos, yo prefiero mezclarlos, quitarles la jerarquía de la Historia que no es más que una historia, entonces los nombro a August Sander, Jacques Lartigue, Robert Frank, Saul Leitter, Lee Friedlander, Alberto Goldenstein, Nan Goldin, etc.
Claudio Caldini
Leí por primera vez sobre Claudio, en realidad un texto de Cluadio en la revista Mutantia, publicación a cargo de Miguel Grimberg, de las pocas cosas, tal vez por su hermetismo, que podía publicarse durante la dictadura (1976.1983), escribían sobre comunidades experimentales, energías alternativas, agricultura sin químicos, entre otras virtudes Grimberg tenía, tiene el halo de haber pertenecido al joven grupo de amigos de Witold Gombrowicz y el primero en publicar parte de su diario. Claudio escribía sobre Werner Neckes, leí varias veces el artículo sin entender, sin embargo memoricé su nombre, se lo mencionaba como el pionero del cine experimental y en ese momento, a esa edad mia, todo lo que llevase el rótulo experimental me fascinaba. Varios años después en casa de Reynaldo Jiménez, antes de un viaje a la India me cuenta que fue a visitar a una persona que había estado varias veces en ese país y que le mostró unas películas muy raras en super 8, eran de Claudio.
El año pasado, tras un tiempo de rastrearlo, pude conocerlo, creo que fue uno de los encuentros más felices, nos vimos jueves por medio durante 4 o 5 meses, vimos varias de sus películas en super 8 y charlamos, me enteré de sus viajes a India, su estudio de música en Auroville, comunidad utópica cerca de Pondicherry, en el sudeste de la India, fue fundada en el año 1968, por una mujer francesa, Mirra Alfassa, que había sido la compañera del gurú Sri Aurobindo, muerto en 1950 y de la intensidad de una experiencia que lo sobrepasó, defensor del film ante lo digital es un artista sin apuro, músico también aunque él no se considere tal. Hacia el fin del año pasado fuimos a visitarlo a su casa en General Rodriguez, unos 50km de la Capital, ahí entendí porqué tardé tanto tiempo en encontrarlo, la casa está entre muchos árboles y plantas, tiene su pequeño vivero, recibimos de regalo un Alcanfor, comimos sus duraznos en almibar y dulce de ciruelas, respiramos un aire más liviano que sospecho es lo que inspira sus películas, de ellas no sabría qué decir, solo que muchos más deberían verlas, lejos de ser terapéuticas, hacen muy bien. Ver es resplandecer lei una vez, es lo que Caldini logra.
Andrés Di Tella
A Andrés Di Tella le agradecemos uno de los gestos más inteligentes y amables de los últimos años, la creación y programación del Festival de cine independiente de Buenos Aires, apartir del cual tuvimos la posibilidad de conocer infinidad de autores desconocidos hasta entonces. Por casualidad, hace unos meses entró Andrés a Canasta, pequeño espacio que tenemos con amigos, lo conocía por una entrevista en la televisión, nunca había visto sus películas a pesar de ser uno de los directores de documentales más conocidos. Lo cite el viernes pasado para que me cuente algo de su familia, la familia Di Tella es conocida por diferentes razones, todas muy potentes.
Su abuelo, inmigrante italiano de principios del siglo XX formó la empresa más importante del país hacia 1940, la fabricación del primer automóvil nacional es de su autoría, momento de gran industralización del país. Comenzando los años 60, su padre Torcuato y su tío Guido formaron el Instituto Di Tella, centro de experimentación artística, tal vez el único intento serio de arte en Argentina. Tiempo después, ya en los años 90, su tío Guido fue Canciller de uno de los gobiernos más crueles de la historia (1989.1999).
A poco tiempo de conocerlo vi 2 de sus películas, Fotografías, una suerte de autobiografía, creo que todo su trabajo lo es, me emocionó particularmente, su historia a partir de una fotografía de su madre nacida en la India, llegada a Buenos Aires transfromandose en una referente de los jovenes de los 60, siempre las historias de inmigraciones lejanas me conmueven. También filmó la primer reflexión sobre la guerrilla argentina a comienzos de los años 90 justo en el momento en que el gobierno dio la amnistía a los militares que asesinaron miles de personas durante 1976.1983.
Desde entonces, con diferentes medios, solemos escribirnos en los blogs o cruzarnos en Canasta o en reuniones con Claudio Caldini, descubrí a una persona sumamente particular, educado en Oxford dicta clases en Princeton sin alardear, actividad favorita entre los intelectuales y artistas argentinos. Una vez leí de alguien que dijo que tenía esa capacidad, talento diría yo, de ser anfitrión hasta cuando es invitado, la misma sensibilidad para contar historias nada fáciles ocultando el esfuerzo, con una elegancia hoy en día olvidada.
Fernanda Laguna
En 1999 Fernanda comenzó uno de los proyectos más interesantes e influyentes de la cultura argentina, junto con su amiga Cecilia decidieron convertir un vieja farmacia en un centro de arte basado en la poesía, artes visuales, música, performances, fiestas con una mezcla de personajes que en ese momento no sabíamos, estaba por desaparecer. Espacio frívolo para algunos, feo, de poca calidad, muy gay para otros, lograron juntar a los artistas más diversos y hacerlos convivir, algo impensado antes y después de Belleza y Felicidad, el nombre con que decidieron bautizar al proyecto estando de vacaciones en las playas de Salvador de Bahía, Brasil.
Mezcla de activista política, poeta, pintora, cantante, performer, artista inclasificable, ese borde que tanto me interesa de no saber si es brillante o muy tonto, curadora a favor de los artistas, nunca vi a una persona pelear tanto por defender la libertad de quienes la rodeaban, en el MAC de Niteroi, Brasil, en el Consulado argentino en NY, en museos y galerías argentinas, nunca le importó perder ciertos privilegios, logrados con esfuerzo, por sostener una idea.
En 2007, cuando ByF ya se había transformado en una galería importante dentro del circuito y muchos artistas ya vendían su trabajo, Fernanda decidió cambiar de rumbo y dedicarse a su hijo Ramón, a proyectos donde no circulase dinero, a hacer cualquier cosa que le de placer, ese año tuvimo la suerte de compartir con ella el espacio armando Tosto, con ella aprendimos sobre la belleza, la felicidad, la libertad en tiempos adversos, cuando el impuesto a estos valores es cada vez más alto.
Carolina Pellejero
Siempre que hablo de Carolina, hablo bastante de ella en Buenos Aires, pareciera que me refiero a pesonas diferentes, cuando digo que es una militante política que trabaja en un barrio de inmigrantes bolivianos en un pueblo de 5000 habitantes justo donde comienza la Patagonia, que su trabajo mezcla problemas de violencia doméstica, trastornos alimenticios alimenticios, peleas para que las maestras trabajen con más entusiasmo, para que se deje de discriminar a los bolivianos hablo de la misma persona que de la nada armó el proyecto del vagón hermoso, vagón de tren abandonado y reciclado en medio de la pampa donde desarrolla talleres de poesía, bordado, proyecta cine, organiza conciertos de Alan Courtis y se presenta como una de las anfitrionas más atentas y amables. Lo que más me extrañó al conocerla fue su poesía, escucharla leer es ver el paisaje donde vive y trabaja, su militancia se mezcla con una delicadísima sutileza, entonces su militancia política es también de la palabra y de la palabra que convoca, el valor de ésta se emparenta con la vieja frase Te doy mi palabra, o directamente cuando se dice o decía Palabra, como sinónimo de Verdad, valor de la poesía como transmición de una experiencia poderosa. Algo gracioso que nos ocurre, solemos vernos 2 o 3 veces por año, es hablar del Peronismo, de Evita, ninguno de nosotros es Peronista pero entre bromas hablamos de Eva y hablamos de Evo, cambiamos Adan y Eva , cambiamos Perón y Eva por Eva y Evo, así, pensamos que las cosas estarían un poco mejor, Bolivia está muy cerca de Mayor Buratovich, su pueblo natal.
Luciana Delfabro
Desde siempre, tuvimos con Lola un interés especial sobre los libros para niños, centrando nuesrro gusto en los libros japoneses y algunos libros de la antigua Europa Oriental, cuando veiamos libros argentinos el enojo era muy grande, a pesar que algunos amigos estaban trabajando en el medio, la presión de las editoriales por hacer libros rápidos y vendibles no dejaba desarrollar proyectos interesantes. Hace unos tres años junto a Luciana Delfabro, Lola (mi esposa) realizó una serie de manuales didácticos sobre alimentación, agricultura orgánica y economía social logrando un equilibrio muy interesante entre trabajo artístico y mensaje social. Dentro de la llamada economía social, sistema basado en cooperativas y pequeños emprendimientos sustentables aparecía un punto importante, la Educación popular, algo parecido a la escuela que plantea Alain Tanner en la película Jonas tendrá 25 años en el año 2000.
Basada en esta experiencia, a principios de 2008 luciana decició invertir sus ahorros y crear una pequeña editorial de libros para niños cuidando al extremo la calidad de los textos y dibujos. Tras largos meses de investigación descubrió que muchos escritores argentinos tenían textos inéditos destinados a niños, el caso más curioso fue el de Oesterheld, famoso escritor de El Eternauta, comic de culto por el cual sufrió el secuestro y desaparición durante la dictadura de 1976. Luego de conseguir los derechos, en muchos casos cedidos como apoyo al proyecto, se rodeó de los mejores artistas visuales y con una política de trabajo impensable en Argentina, respeto de contratos, pago adelantado a los artistas, libertdad absoluta y apoyo constante a éstos, cuidado en la elección del papel e impresión, precios accesibles y sobre todo independencia de los centros de poder cultural.
Conversar con ella es una de mis actividades favoritas, hace un tiempo me dijo: como antes nos sentamos en la convicción de que nosotros como generación intermedia queríamos reponer a los chicos esas experiencias literarias (mayoritariamente barridas por la última dictadura), ahora decidimos apostar por el camino de la formación de lectores. El mayor objetivo siempre es que, en medio de la hostilidad en la que viven los chicos y que vivimos todos haya remanso y una experiencia ligada a la felicidad.
Lola Goldstein
Cuando Elein me preguntó si quería escribir sobre y fotografiar a mis 8 personas favoritas en quien primero pensé fue en Lola, dos cosas me llevaron a demorar el texto, la principal es que no se muy bien qué escribir, es la persona con quien elegimos estar juntos, pasarla bien y pasarla mal, más allá del amor me sigue mostrando que es la artista más distraidamente lúcida.
La otra razón es que esperaba el nacimiento de nustra primer hija, Rosa se llama y nació el mismo día que su abuelo, emparentar el nacimiento con una forma artística es algo que no voy a hacer, sin embargo hay una energía que se mezcla entre nosotros y transforma el lugar común en el espacio que inventamos día a día, entonces pienso en las pequeñas biografías que me inventé, no recuerdo si todas son ciertas aunque el deseo las confirme, y noto que se iluminan con el origen de la luz, el dar a luz una vida resplandeciente, plateada, argentina a fin de cuentas.
fuente: Tosto