sábado, 21 de febrero de 2009

LUX TAAL


Claudio Caldini me pasó una copia, recién salida del horno, de su nueva película, LUX TAAL. Filmada a lo largo de los últimos tres años en General Rodríguez, donde Caldini vive entre los árboles y las plantas, se trata de una vertiginosa condensación, en seis minutos y medio, de su experiencia cotidiana de contemplación. “Trato de tener una cámara siempre cargada”, dice Caldini. El registro del cambio de las estaciones y del paso del tiempo, capturado en fotogramas de una belleza que escapa a las palabras, fue hecho con una cámara single-8 que permite rebobinar la película y volver a exponer, generando un efecto de sobreimpresión. Cada imagen, entonces, se mezcla con otras tomadas en otro momento, en un desfile vertiginoso de luz, color y formas que deja sin aliento. El título, según explica Caldini, mezcla el latín y el sánscrito. LUX es luz. Y TAAL viene a ser un término del sánscrito que remite al “ritmo” pero también al “batir de palmas”. Y de eso se trata LUX TAAL. Al mismo tiempo, se intuye la presencia –y no sólo la mirada-- del hombre que filmó las imágenes, que ha llegado a este lugar de cierta paz después de un largo via crucis.

Un detalle: la cámara con que filmó la película se la regaló su amigo de la infancia Eduardo Pla y el lugar de la filmación, la quinta de General Rodríguez donde Caldini de hecho vive desde el 2004, pertenece a otra amiga, Leila Yael, a quien está dedicado el film (junto a su hija y su nieta). No es una circunstancia menor el que los amigos lo quieran tanto. El fotógrafo Guillermo Ueno, otro amigo, observó hace poco que Caldini es una de esas raras personas cuya sola presencia es capaz de modificar el estado de ánimo de los demás. Próximamente iré desgranando en estas páginas el resultado de mis conversaciones con Caldini. Por el momento, me limito a copiar el intercambio de estos días en torno a su última película.


Claudio: Anoche vi LUX TAAL y, quiero decirte, como primera reacción, que me maravilló. ¡Qué colores! ¡Que imágenes! ¡Y cuántas cosas que pasan! Es muy rara la sensación que produce: evoca un estado de profunda contemplación y, a la vez, de vértigo, ante el cambio de la luz, de los colores, de las estaciones... del paso del tiempo, ¿no? Y a la vez, esas sobreimpresiones que aparecen como imágenes fantasmales todo el tiempo, como si uno no pudiera ver algo sin estar habitado por fantasmas de lo que vio (y vivió) antes... Y, claro, después de haber estado conversando todas estas veces con vos, y de haber consagrado un buen rato a pensar sobre lo que me contaste y tratar de expresarlo con mis palabras, la visión cobra inevitablemente otra dimensión, personalizada, profundamente conmovedora. Y no puedo dejar de pensar que es el capítulo que me faltaba...

abrazo

Andrés


Andrés: Gracias por lo que decís de LUX. Estoy muy contento con el resultado, con esos encuentros entre colores que produjo el azar. Es el procedimiento opuesto al de Heliografía: allí son pocos segundos extendidos a varios minutos, aquí son tres años en instantes. "Las cuatro estaciones no llegan a tiempo" dice el Chuang Tzu, y 300 años AC no se hablaba de cambio climático. "La culpa es de los malos gobernantes" agrega.

Es muy buena tu observación: como si uno no pudiera ver algo sin estar habitado por fantasmas de lo que vio (y vivió) antes... Es justamente ese sentimiento el que subconscientemente buscaba transmitir (también), además de la maravilla que es el reino vegetal y el estado de trance que nos induce su contemplación. Quiero hacer ampliaciones, funcionan muy bien como foto, ¡en la película son tan fugaces! Luego te envío algunos fotogramas que hicimos ayer con Sergio.

un abrazo

Claudio


Claudio: Qué gracioso que quieras hacer “fotos” de los fotogramas que en la película “son tan fugaces”... Justamente, yo sentía lo mismo al ver la película, incluso por eso mismo quise verla otra vez inmediatamente. Sentía que me estaba “perdiendo” imágenes, al sucederse con tanta velocidad, incluso al superponerse unas con otras, me daba ganas de poner “pausa” para ver mejor. Sin embargo, creo que el efecto conmovedor de la película tiene que ver precisamente con esa sensación de fugacidad, de pérdida, de no poder detener el tiempo ni el paso de las estaciones y que ni siquiera sea posible contemplar una imagen bella sino sólo quedarse con la imagen fugaz, evanescente, apenas entrevista, en el recuerdo. El encuentro de LUX y TAAL, tal vez... Eso es lo que emociona de la película. Nos satura de imágenes bellísimas pero, al mismo tiempo, no las sustrae, nos escamotea la posibilidad de retenerlas, salvo como sensación o como recuerdo. Y esa es la vida, ¿no? Y a mí, particularmente, me hace pensar en aprovechar el momento, en que no se puede dejar pasar un solo momento de percepción, es decir, de existencia, porque todo pasa. En fin, me puse filosófico...

También pensé, después, que podría tratarse de una especie de metáfora de la persistencia retiniana, es decir, el fundamento del cinematógrafo. Es interesante, en ese sentido, que se trate del procedimiento opuesto al de Heliografía que, para mí, también puede ser visto como una metáfora de lo que es el cine (luz y sombra, color, movimiento, alguien que filma y al filmar modifica lo que vemos...etc.)

Un abrazo

Andrés


imágenes: fotogramas de LUX TAAL de Claudio Caldini.


4 comentarios:

Fotografías dijo...

Copio un mail de Caludio Caldini, con una pequeña corrección:

Andrés, qué bueno el post! gracias!
Solo un detalle, esa càmara no me la regalò Eduardo Pla, la compré en Paris en 1991 antes de irme a India, es la misma con la que filmé "Heliografía", es una Fujica pocket.

Eduardo me regaló una video 8 análoga, con la que grabé "La República".
te mando un abrazo, estoy a mil preparando el viaje...
claudio

Fotografías dijo...

OK, Claudio. Queda aqui la corrección. Pero el post lo dejo así, porque el dato erróneo me servía para decir algo que quería decir...
Andrés

ueno dijo...

Hola,

me hice un tiempo entre trazo y trazo, vos que ahora estás dibujando entenderás, estoy pintando mucho, la pieza de Rosita, el pasillo, el frente, pinto y tengo obra!, el sueño de todo artista.

Qué bueno es ver Lux Taal, la vimos el sábado con Lola, varias veces, todo se escapa y dan ganas de volver y volver y se vuelve sin sentirlo, siempre aparece algo nuevo, como si no estuviese formada por imágenes sino solo por energia, no se lo que veía, coincido cuando comenzás diciendo que no sabes qué decir sobre el film, casualmente en esto que estoy escribiendo para Purple Journal termino diciendo que no sabría qué decir de las películas de Claudio pero que para mi, hacen bien, sin ser terapéuticas claro, logran que quien mira ingrese a otro lugar, tal vez ahí en General Rodriguez, comiendo un asado.

Fotografías dijo...

Guillermo: qué bien que lo describís: "todo se escapa y dan ganas de volver y volver" y "siempre viuelve algo nuevo, como si no estuviese formada por imágenes sino sólo por energía..."

Justamente por eso, y por el hecho (enfatizado por el mismo Caldini) de que, en alguna medida, se trata del resultado del azar, es que hay algo en LUX TAAL que trasciende el gesto meramente "artístico" y que te impulsa hacia otra cosa. Que "hace bien" como vos decís, que te impluls a ingresar en otro lugar. O, en mi caso, te da ganas de estar más atento, de no perderte tantas copsas que pasan alrededor como nos solemos perder, de salir a capturar imágenes, pero no para exhibirlas como mariposas con alfiler, sino para transformarlas en otra cosa, en una vivencia. En fin...